viernes. 19.04.2024

Cristina Pedroche salta del estilismo a la horterada

Lara Álvarez y Anne Igartiburu se llevan la palma en las campanadas de fin de año

Los españoles estaban indecisos entre la cadena de televisión que a la postre elegirían para las doce campanadas. Se trata de una elección más fundamental de lo imaginable. De lo acertado de la decisión dependería en buena parte la entrada en el año con buen pie. Siempre de frente y en la justa medida según el ritmo acompasado del engullimiento de las uvas. Fallar en esta precisión parece un mal síntoma incluso agorero.

Por lo común la 1 de TVE – que asimismo incluye la 2- y Tele 5 – que a su vez también incluía Cuatro- salían como favoritas en el pistoletazo de salida. Son canales expertos en la materia. Precisión y explicación (detallada). Aquello de los confundidores cuartos siempre trae en jaque – de cabeza- a los televidentes.

Aún así, y pese a la apuesta sobre seguro, jamás faltaría una conexión rápida -en este caso a Antena 3- para matar la anual curiosidad a la que ni por asomo se resisten propios y extraños: léase el escueto modelito – por lo común transparentado- de Cristina Pedroche, quien sabe usar los ases de sus cartas en carne propia. Pedroche ya es clásica de la cuasi desnudez del fin de año.

La dicharachera presentadora fomenta -en formato de pequeña pantalla- la portada picarona de las revistas para hombres de los años setenta, léase el destape de la Transición. En este sentido no existe evolución al alza. La España cañí -para alelamiento de ellos y para críticas enfurecidas de ellas- se mantiene erre que erre. Lo dicho: enseñar palmito contribuye a la necesidad de matar el gusanillo de la curiosidad ajena.

Este año el glamour del modelo elegido ha decepcionado con creces. De los refinados y sugerentes trajes -o, por mejor decir, no trajes- de antaño -al fin y al cabo el estilismo nunca faltó sobre la anatomía de la Pedroche- se ha pasado esta vez a una horterada que bien puede adquirirse en el gran hipermercado chino de la esquina de tu calle. Un bikini pizca cateto recubierto por flores infladas de aquella inverosímil manera.

Es decir: un vestido desvestido que se debe al diseño de Marta Rota. O, lo que es lo mismo, el colorido y florido bañador al más puro estilo carnavalesco. O dicho más sintéticamente: Pedroche en bikini. En un bikini tan floral -en tres dimensiones- como poco estiloso. Con predominios de tonos rosados y verdes. Un tul cubriría la espalda.

Asignatura no aprobada. Un disfraz de urgencia para la Nochevieja. El mando a distancia la mantuvo escasamente en el índice de audiencia de los televidentes. Victoria pírrica de la presentadora de Atresmedia.

Competía además con otras tres mujeres duchas en la profesionalización del instante: Anne Igartiburu -en TVE-, Lara Álvarez -en Telecinco- y Cristina Pardo -en La Sexta-. Anne y Lara se llevaron la palma. Más la segunda que la primera. La empatía es un grado. Y tener a Calleja como compañero de emisión toda una (merecida) garantía.

Cristina Pedroche salta del estilismo a la horterada