sábado. 20.04.2024

“Mi afición por la música ya nació conmigo”

Entrevista con Enrique Orellana, nuevo académico de la Real Academia de San Dionisio

Se le quebró la voz el pasado martes cuando, en la lectura de su discurso de toma de posesión como nuevo Académico Numerario de la Real Academia de San Dionisio, alcanzó la cima del recordatorio a la figura de su padre. Enrique Orellana, amén excelente músico -de los más renombrados y prestigiados violinistas del país-, es cuanto comúnmente denominamos una gran persona: sencilla, entregada, empática, familiar. Su calidad musical ha rebasado barreras internacionales. Ahora recibe la distinción -el tratamiento “de por vida”- de ilustrísimo. Conversamos con este artista fuera de lo común…

Decir Enrique Orellana y la música es hablar de sinónimos. Una relación que os ha llevado -a la música y a usted de la mano- por medio mundo.

Sitios que he visitado como profesor de la Orquesta de RTVE... Toulouse (Francia), donde tocamos la versión íntegra de la Atlántida de Falla, en esa ocasión nos dirigió el Maestro Ernesto Halffter (que fue quien terminó la composición de la obra). En octubre de 1971 la Orquesta Sinfónica de RTVE inicia una gira por los Estados Unidos de América con más de treinta conciertos, para terminar en México. Recuerdos importantes en la Sala Carnegie Hall de New York, interpretamos en versión concierto La Vida Breve de Falla, interpretación maravillosa de la soprano española Pilar Lorengar, el fandango lo cantaba José Menéses, a la guitarra Enrique de Melchor, un lujo de intérpretes. En el Kennedy Center de Washington llevábamos de solista a la pianista Alicia de Larrocha, otro lujo de intérprete, en esa gira de cuarenta y cinco días hicimos la friolera de treinta y ocho conciertos. De Estados Unidos pasamos a México. En El Palacio de Bellas Artes de México D.F. actuaba de solista Joaquín Achúcarro. En el año 1975 volvíamos a Estados Unidos para otra gira de más de treinta conciertos. En esta segunda gira empezamos en New York y terminamos en San Francisco en el Memorial Auditorium. Cruzamos el charco y nos fuimos a Inglaterra, donde hicimos un concierto memorable en el Royal Festival Hall de Londres, de allí pasamos a Bélgica. En 1976 regresamos a Francia, a la ciudad de Bourdaux, donde interpretamos La Creación de Haydn bajo la dirección de Igor Markevich. En los ochenta, gira por Suiza, actuamos en Zurich, Lugano, Lausanney Ginebra. En Francia actuaciones en París y Metz. En el año 1988 nos fuimos a Japóntres semanas, dimos catorce conciertos, destacando en el Auditorio Suntory Hall de Tokio. De España se puede decir que la hemos recorrido varias veces, en especial los Festivales de Granada y Santander, los cuales visitábamos con frecuencia. Recuerdo un año que hicimos las 9 Sinfonías de Beethoven. ¿Me preguntabas que sentía en éstos viajes? Responsabilidad y orgullo de presentar nuestra música con la Orquesta Sinfónica de RTVE.

Preguntarle por el inicio de su vocación es cuestión de Perogrullo…

Mi afición por la música creo que nació conmigo: en mi casa siempre se ha hecho música, pues mi padre era un tenor aficionado que poseía una gran voz y que cantaba con una gran musicalidad. Posiblemente esa musicalidad le venía de haber estudiado el violín, que tuvo que dejarlo por la rotura del brazo izquierdo, él estudiaba con don José Martínez Carmén (que más tarde sería mi primer profesor, del que guardo mucho cariño). Como te decía, en mi casa acompañado por el maestro Navarro, se reunían unas voces que en los años 40 había en Jerez de mucha categoría: recuerdo al barítono Julián López Camacho, que tenía una voz prodigiosa, al tenor José Caballero, la soprano Loli Peña, en fin, que se celebraban unas veladas musicales maravillosas.

Su precocidad musical se puso de manifiesto el pasado martes en la Real Academia de San Dionisio…

Yo empecé a estudiar música a los ocho años, el violín a los doce en la recién creada Escuela Municipal de Música por don Moisés Dávia (hoy Conservatorio Joaquín Villatoro). Ahí empecé a estudiar violín con don José Martínez Carmén. La verdad que fue mi progreso muy rápido, pues a los dieciséis ya estaba en el Real Conservatorio de Música de Madrid, para continuar con mis estudios. Al llegar a Madrid un violinista sanluqueño (amigo de mi padre), profesor de la Orquesta Nacional, nos puso en contacto con don Antonio Arias, (me tocó la lotería). Los años que pasé estudiando a sus órdenes fueron maravillosos. Te contaría infinidades de vivencias: recuerdo que tanto él como su esposa me trataron casi como a un hijo. Muchos días al terminar la clase, me sentaban a comer con ellos. Antonio Arias era un estudioso de la técnica del violín. Por aquella época preparaba una gran Antología de Estudios para el violín, con un trabajo minucioso técnico de cada uno de los estudios. Yo tuve la fortuna de estudiar casi todos antes de publicarse. Para no extenderme más, solo diré que a él le debo casi todo lo conseguido con el violín. La verdad que los años pasados en el Conservatorio fueron duros, pasé cinco años de estudio, llegué a estar estudiando ocho horas diarias. Eso de los dieciseis a los veintiún años, viviendo solo en Madrid. Se necesita una gran fuerza de voluntad. En esa época de mi vida asistía a conciertos de la Orquesta Nacional (mi profesor Antonio Arias era titular de dicha orquesta), conciertos del Quinteto Nacional, Cuarteto Clásico de RNE. En verdad vivía para la música y al final lo conseguí: he vivido de mi pasión por la música.

¿Qué virtud principal se necesita para estudiar violín?

En el estudio del violín se necesita una gran paciencia, el diapasón del violín no tiene trastes como la guitarra. Por eso hay que ser muy sensible y preciso para la afinación de las notas. Requiere que el arco frote las cuerdas en el sitio exacto. Mi profesor decía: cuidar el punto de contacto del arco con las cuerdas para el buen sonido, flexibilidad en ambas manos, pues cualquier dureza se reflejaba en el sonido.

¿Qué recuerdos guarda de la Fundación de la Orquesta de Radio Televisión Española?

Yo terminé la carrera en Junio del 1964, conseguí el Premio de Sarasate, y ese mismo año se convocaron las oposiciones para la recién creada Orquesta Sinfónica de RTVE. Me presenté y gané una de las plazas de violín, en ella he pasado treinta y seis años. He vivido momentos increíbles, por el podium de la Orquesta han pasado directores de talla mundial.  Nombraré algunos: Igor Markevitch, Sergio Celibidache, Lorin Maazel, Kondrashin, Eliahu Inbal, Yuri Ahronovich, Sergio Comissiona, los maestros titulares españoles Enrique García Asensio, Antonio Ros Marbá, Odón Alonso, Miguel Angel Gómez Martinez, los directores españoles Jesús López Cobos, Rafael Frühbeck, para no extenderme más diré que todos los directores españoles. (Solistas), Henry Szering, Anne Sophie Mutter, (violinistas), Mstislav Rostropovich (violonchelista, también nos dirigió en concierto) Alicia de Larrocha, Joaquín Achucarro, Alexis Weissenberg, Rafael Orozco, André Watts, Dimitri Bashkirov, (pianistas) sólo son algunos, Nicanor Zabaleta (arpista), Narciso Yepes (guitarra) Victoria de los Angeles, Monserrat Caballé, Teresa Berganza, Pilar Lorengar, Alfredo Kraus, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti. Lo dejo aquí para no hacer la lista interminable.

“Mi afición por la música ya nació conmigo”