viernes. 29.03.2024

La Ambición

El título de la novela parece, desafortunadamente, premonitorio, ‘La última batalla’

La Ambición

El título de la novela parece, desafortunadamente, premonitorio, ‘La última batalla’

Pues aquí sigo, firme en el propósito que me hice a principio de año de no fumar. Hay días, para qué negarlo, en que aspiro el humo que aún conservo en la memoria, y otros que muerdo con ansiedad el aire de mi biblioteca por si todavía queda nicotina flotando entre los libros. Pero bueno, no fumo aunque me acuerde constantemente, y eso, al fin y al cabo, es lo verdaderamente importante. Y ustedes dirán que qué puñetas les estoy contando yo de mis abstinencias y de mis privaciones. Pues esto viene a que esta reseña la empecé a pergeñar cuando todavía fumaba, y la termino ahora, cuando el vicio del tabaco se ha convertido en el vicio del recuerdo.

Julio Manuel de la Rosa

No es lo único que ha cambiado, pues desgraciadamente y como seguramente ya sabéis, el gran Julio Manuel de la Rosa ha fallecido. Cuando terminé de leer esta inmensa novela, salí a la terraza de mi casa, encendí un cigarrillo, y llamé a Julio Manuel para decirle que estaba literal y literariamente de rodillas. Julio –que probablemente estaba también fumando en su casa sevillana atestada de libros- me dijo, con esa voz suya grave y adentrada en territorios que otros sólo vislumbramos: se hace la novela con el argumento, pero sobre todo con el estilo. Y yo le dije que eso era una gran verdad que no todo el mundo sin embrago entiende.

Julio y yo hemos compartido charlas en la intemperie de los fumadores. Conversaciones que duran lo que un cigarrillo, apoyados en la noche, y en esos ratos efímeros como el humo, he aprendido de él y he empezado a ser consciente de la grandeza literaria y humana de Julio. El título de la novela parece, desafortunadamente, premonitorio, ‘La última batalla’, publicado por Editorial Anantes, a la que le doy la enhorabuena por esta joya literaria.

Julio Manuel construye su narración en torno al personaje, y también al contrario, la construcción del personaje es a su vez el avance de la novela. ‘La última batalla’ es un texto que funda en sí mismo otras novelas, y eso es una de las cosas que le dije a Julio cuando terminé de leerla, que me parecía una novela escrita por alguien que está empezando. Por su ambición, le dije, porque al terminar de leerla he tenido la sensación de que quien la ha escrito acaba de inaugurar una carrera literaria.

El soldado que huye le sirve a De la Rosa para indagar en una epopeya tan moderna como íntima, que se abre en distintas direcciones: El soldado desertor que no sabe quién es, que tampoco recuerda de qué guerra viene (aunque se adivina), y es que Julio cuenta y narra, pero sobre todo sugiere, porque al fin y al cabo una guerra es cualquier guerra, es decir, todas las guerras, y uno huye y deserta del frente, del horror y de la muerte, pero sobre todo huye de sí mismo.

La categoría literaria de Julio Manuel de la Rosa (Sevilla, 1935, ibidem, 2018), no voy a descubrirla yo aquí y ahora. Su trascendencia literaria la juzga la historia. Yo hago lo que he hecho siempre, leerlo y admirarlo, apreciarlo y ahora echarlo de menos, abrir sus libros de nuevo y recordar su voz profunda, sus enseñanzas, y el humo de los cigarros compartidos a la intemperie.

La Ambición