jueves. 25.04.2024

Dos años de prisión por sumergir a una niña en agua hirviendo 

La condena incluye un curso de sensibilización sobre el maltrato infantil

No podía ser de otro modo. Un hombre ha terminado aceptando una condena de dos años de prisión así como la obligación de seguir un curso de sensibilización sobre el maltrato por las evidentes y visibles lesiones que provocó a una niña que tenía a su cargo. Niña a la que además castigó sumergiéndola en una bañera con agua hirviendo.

La acción es de una crueldad manifiesta. En su sentencia, que es firme, la sección 22ª de la Audiencia de Barcelona ha condenado al procesado, Luis Antonio Abarca, por -textualmente- un delito de lesiones y, en consecuencia, le impone una pena de dos años de cárcel. La pena le quedará suspendida durante un plazo de cinco años, siempre que no delinca durante ese periodo.

Nada es fruto de la casualidad. La condena es consecuencia directa del acuerdo a que el procesado llegó con la acusación particular ejercida por la víctima y con la Fiscalía, a cambio de reconocer los hechos que se le imputaban e indemnizar a la menor con 50.000 euros, que pagará en cuotas mensuales de 1.000. No es para menos.

Pero no todo queda ahí: la condena incluye además la obligación del acusado de seguir un curso de sensibilización sobre maltrato infantil, como condición de obligado cumplimiento para no entrar en prisión a cumplir los dos años de cárcel impuestos. Abarca reconoció al tribunal, ante el que compareció el pasado 8 de noviembre, que la tarde del 19 de agosto de 2013 sumergió en una bañera con agua hirviendo a una niña de cinco años a la que él y su pareja tenían a su cargo en Terrassa (Vallès Occidental).

¿Qué ocasionó este castigo? Que la menor sufriera quemaduras de segundo y tercer grado en el 18 % de su superficie corporal por las que permaneció hospitalizada 39 días. Naturalmente le han dejado distintas secuelas, de las que ha tenido que ser intervenida por cirugía plástica en repetidas ocasiones. Un hecho que provoca el más frontal rechazó.

¿De qué secuelas se trata? Entre otras, la menor sufre una reducción de la flexión de los pies por las cicatrices que le quedaron, que según reconoce la sentencia le causan un "perjuicio estético moderado".

Así las cosas, el tribunal, ha prohibido al condenado acercarse o mantener contacto con la menor durante cinco años así como reconoce que el propio acusado llamó a emergencias médicas tras las heridas que provocó a la menor con el agua hirviendo y que ya la ha indemnizado con 15.000 euros por los daños causados.

Dos años de prisión por sumergir a una niña en agua hirviendo