jueves. 25.04.2024

Para quitarse el sombrero (en la tierra y en el cielo)

El coro de Bayón y el cuarteto del Morera animan otra larga noche de clasificatorias

"Nos alegra de que sea Cantinflas pregonero de este Carnaval, porque igual que provoca la risa muchas veces nos hace llorar". Era el inicio de un cuplé de la comparsa de Antonio Martín 'Soplos de vida', agrupación que ganó el primer premio en 1986.

El Carnaval también es capaz de hacer reír y llorar a partes iguales, de provocar la carcajada y la emoción en menos de un minuto. El final de la 14ª sesión de clasificatorias es un buen ejemplo de ello. El cuarteto de Manolo Morera había hecho reír de lo lindo y, pese al éxtasis que siempre provoca ver al respetable enaltecido, no se olvidó del sexto hombre, de Antoine, su compañero de fatigas que desde el cielo se quita el sombrero.

Mientras en lo terrenal del Falla, precisamente de los pocos momentos que mereció la pena quitarse el sombrero llegó con ellos. La historia de los bomberos desastrosos ya promete desde el primer día con 'El desagradable' y 'El alegría' formando un tándem que asegura diversión. De momento, se han quedado sin agua para salvar a 'El malapata'. Habrá que hacer un escote entre los presentes.

Si bueno fue el epílogo, casi igual o mejor fue el arranque de la función protagonizado por el coro 'La nueva era'. Lo tienen todo, desde la ilusión de la juventud hasta la capacidad para conjugar lo clásico con ese puntito de revolución que tan buenos resultados está dando en la modalidad.

Podía parecer complicado que siguieran avanzando pero este primer pase demuestra que vienen incluso más fuertes. No hay que olvidar que faltan el primero premio y el autor del segundo premio de 2018. Así que.....

Y de los que quieren seguir haciéndose un nombre a gente como Manuel Sánchez Alba al que no hace falta presentar. 'Los fantasmabiris mamarrachibiris del templo de las coplibiris' suena a clásico, aunque peca de esa falta de gracia que suele restar en contra de esas chirigotas con soniquete añejo.

Había despertado una notable expectación el regreso de la comparsa de Barbate con la autoría de José Manuel Cardoso bajo la denominación de 'La sagrada familia'. Sin embargo, en su caso sí puede decirse que fue sinónimo de decepción porque está a cierta distancia de aquellas apuestas de antaño que tan buen sabor de boca dejaron en el respetable.

La chirigota 'Los despegaos' casi que se limitó a cumplir el expediente y a integrarse en el enorme pelotón de grupos que pasan por el escenario sin transmitir ningún tipo de sensación, más allá de la novedosa y singular y puesta en escena. Pero si luego no se acompaña...

Algo similar se puede decir de 'La comparsa del guía'. No terminó de desarrollar su idea y se acabó perdiendo en el grupo de las aceptables o dignas, apelativos que suele emplearse para aquellos grupos que ni fu ni fa. A destacar que mostraron su pesar de forma testimonial por los vecinos fallecidos en el accidente de Las Cabezas de San Juan.

De esa mediocridad se salvó la comparsa femenina 'Tattuaje', que dejó un agradable sabor de boca por su excelente interpretación. Canta muy pero que muy bien este grupo. Además apostaron por letras muy de actualidad y mojándose por derecho. Puede que repitan como en 2018.

Quienes no lo harán seguro son los chirigoteros algecireños de 'Estamos en venta'. Le pusieron más ilusión que otra cosa. Menos mal que no añadieron un la al nombre de la agrupación sino el cachondeo estaría servido.

Para quitarse el sombrero (en la tierra y en el cielo)