Abucheos para un “okupa” que no convoca elecciones
Sánchez juega al despiste sobre un posible adelanto -o no- del calendario electoral
Llegó al sitio en su coche oficial. Tampoco con demasiados minutos de antelación. El presidente del Gobierno posiblemente no se esperaba dicho recibimiento. El público lo abucheó sonoramente. Con vituperios al unísono. Pedro Sánchez, alto y altivo, esboza su habitual sonrisilla ladeada. Ignorando cuanto gritaba el público allí congregado. “¡Okupa, queremos votar! ¡Queremos votar!”.
Se trata de la llegada el pasado día 12 de octubre del máximo representante español -¿se siente español?, era la pregunta alzada por no pocos comentaristas radiofónicos- a la Plaza de Lima, de Madrid, donde se desarrollaría el clásico y tradicional desfile de la Fiesta Nacional. Desfile al que, un año más, no acudió ningún representante de Podemos. Gesto de desprecio que habla por sí mismo, sin necesidad de interpretaciones de ninguna clase.
Al presidente del Gobierno ya le aguardaban la ministra de Defensa Margarita Robles, el presidente de la Comunidad de Madrid Ángel Garrido y la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena. Entonces la sonrisa un tanto impostada de Sánchez ya se convirtió o se reconvirtió en risa frontal, a veces exagerada. Con todo y con eso, los pitos y abucheos mantenían su tono. Su timbre. Su volumen al alza.
El calificativo de “okupa” ha reabierto el debate. Bien es cierto que Sánchez declaró a mediados del pasado mes de septiembre que no descartaba un adelanto electoral. Sobre su inicial pretensión de agotar la legislatura en 2020. La duración oficial de su Ejecutivo quedó para entonces entrecomillada por la declaración de quien hasta la presente se mantuvo impertérrito en cuanto a la fecha de los comicios.
Sin embargo puede tratarse de una táctica verbal de puro despiste. Porque acto seguido también indicó que en la actualidad “no hay una mayoría parlamentaria que quiera elecciones”. ¿Sino todo lo contrario? Con el interrogante subrayaba el juego de palabras. Sánchez echa balones afuera para insistir en que los partidos que apoyaron la moción -entre ellos PNV y Unidos Podemos- prefieren la mayor duración de la legislatura. Ni sí ni no: más bien todo lo contrario.
