jueves. 28.03.2024

'La ciudad de los libros malditos' es adictiva

"Luis Felipe Campuzano ha encontrado el mecanismo exacto para engarzarlo todo en una narración trepidante, moderna, literaria y eficaz"

'La ciudad de los libros malditos' es adictiva

"Luis Felipe Campuzano ha encontrado el mecanismo exacto para engarzarlo todo en una narración trepidante, moderna, literaria y eficaz"

 Novela. Instrucciones de uso 

Antes de abrir esta novela deberíais de haceros el firme propósito de delimitar las horas que vais a dedicar a su lectura. También os adelanto ya que vais a fracasar. Es imposible dejarla, posponer su lectura para mañana. Lo más probable es que releguéis otras cosas, que dejéis para mañana, por ejemplo, tender la ropa o llevar el coche al taller, porque la novela, os aseguro, va a ocupar un lugar preferente. Leeréis de pie mientras camináis, sentados en la taza del váter, tomando café o en el autobús. La ciudad de los libros malditos de Luis Felipe Campuzano (Sevilla, 1963) es adictiva. Y lo es porque tiene todos los elementos para serlo, pero, sobre todo, porque Luis Felipe Campuzano ha encontrado el mecanismo exacto para engarzarlo todo en una narración trepidante, moderna, literaria y eficaz.

Desde el párrafo que sirve de preámbulo -firmado por un tal Mario Ruiz, al que todavía no conocemos-, entramos al escenario que el autor nos propone sin darnos cuenta, y desde ese momento ya formamos parte también de la trama. Trama, ya que estamos, bien urdida y sin imposturas ni ese tipo de recursos simplones e innecesarios en que el enigma o los enigmas se van postergando infinitamente con el único fin de mantener la atención del lector.

El autor sabe muy bien lo que tiene entre manos y desmadeja la historia con un absoluto dominio del tempo narrativo. Para que el entramado que Luis Felipe Campuzano ha ideado para esta novela no caiga en el saco de otras similares, el autor/narrador adopta a veces el papel de cronista, y construye episodios de un esmerado tono argumental que acompaña con un atractivo y atrayente deambular por las calles de Sevilla, por donde vamos siguiendo las andanzas de los protagonistas con un placer sostenido por la prosa exacta de Campuzano.

El avance de la novela se va produciendo de manera tan natural que los acontecimientos se cargan de una versatilidad ininterrumpida, que es, en este caso, parte del juego narrativo que el autor nos propone. Los personajes son creíbles y verosímiles porque todo está bien orquestado, otro atractivo de la novela, y sus movimientos y reacciones en ningún caso son exagerados o desproporcionados, sino que obedecen a lo que cualquiera haría en su lugar.

Una novela, en definitiva, con todos los alicientes y aciertos de la buena literatura, para leer y disfrutar y recomendarla, que es lo que yo fervientemente hago ahora.

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'La ciudad de los libros malditos' es adictiva