viernes. 26.04.2024

Pasear por Sevilla es una experiencia única en el mundo. A sus preciosos monumentos, el puente de Triana, la Catedral y la excéntrica Torre Pelli, debemos sumarle la presencia de los naranjos, unos arboles que dan personalidad y nutren de cierta manera la historia de una ciudad que está considerada como el lugar con más vitamina C del mundo.

Fueron los genoveses los que introdujeron la naranja en Europa, en Sevilla también. Esta no es una naranja cualquiera, sino que la variedad que tenemos presente en la capital andaluza es la naranja amarga. En la antigüedad existía la creencia de que plantar un árbol de esta especia, originalmente asiática, daba la felicidad a quien la plantaba. Esta fue una de las principales razones por los que los árabes decidieron expandir la plantación de naranjos por toda la península.

Sin embargo, la relación entre Sevilla y los naranjos es mucho más antigua. Según cuenta la leyenda, fue Hércules, fundador mitológico de la ciudad, quien cruzó África pro segunda vez para conseguir la manzana de oro de la inmortalidad, asociada a la naranja. Una vez tuvo la naranja en su poder, Hércules descansó en Sevilla justo antes de luchar contra Cerbero, el perro de tres cabezas.

En la actualidad, el naranjo amargo y el aroma de azahar se ha convertido en todo un emblema de Sevilla. La ciudad cuenta con más de 40.000 ejemplares, que relegan a la capital el papel de ciudad del mundo con más naranjos del mundo o lo que es lo mismo, con más vitamina C.

Sevilla, ciudad de naranjos

Entorno al siglo XII y debido a la creencia que tener naranjos daba felicidad, el árbol se popularizó por toda la ciudad. Este histórico hecho ha dotado a Sevilla de una gran cantidad de rincones maravillosos por los que pasear y relajarse. Si nos adentramos en el centro, podemos encontrar las encantadoras plazas de el Triunfo, la Plaza de Doña Elvira, la Plaza de la Alianza, la Plaza de Santa Cruz y la Plaza de las Banderas, donde podemos disfrutar de la vitamina C que nos aporta estar a solecito sevillano y rodeados de naranjos.

En la Catedral podrás disfrutar del Patio de los Naranjos, una construcción que fecha de finales del siglo XII, cuando la construcción aún era mezquita. Un último sitio imprescindible en el mismo centro: la zona de bares en Mateos Gago, una parte muy concurrida y animada, con vistas a la Giralda e infinidad de lugares donde comer o tomar algo.

Sevilla, ciudad del mundo con más vitamina C Sevilla, ciudad del mundo con más vitamina C

En caso de que te apetezca un poco de callejeo por Sevilla, el barrio de Triana es la mejor alternativa para contemplar la preciosa estampa de los naranjos en la ciudad. Por otra parte, para salir del ambiente urbano están los Jardines del Alcázar o el Parque María Luisa, siendo una gran opción para desconectar. Además, en este último encontramos la Plaza de España, una de las construcciones que no podemos perdernos de Sevilla.

Para sentir los efectos de la vitamina C entrando en nuestro cuerpo, lo más recomendable es acudir a Sevilla en primavera, momento de floración de los naranjos. En este momento, todos los naranjos de la ciudad se tiñen de blanco y Sevilla desprende ese imperdible olor a azahar, el suave aroma que viene de la flor.

Sevilla, la ciudad con más vitamina C del mundo