viernes. 29.03.2024

Puro terrorismo emocional

‘Hereditary’: he aquí la película más traumática de los últimos años

Ha sido definida como la película más traumática de los últimos años. E incluso con una calificación que va mucho más allá: no una película de terror, sino puro terrorismo emocional. Todos los críticos cinematográficas se hacen lenguas, para bien, en su favor. Todos los escritores de cine han abierto los ojos como platos. Todos los espectadores que la vieron han quedado anonadados…

El séptimo arte hace honor a su propio código potencial de cuando en cuando. Incluso para presentarnos -casi a la chita callando- una obra maestra de género. Del género. Es el caso de ‘Hereditary’ (USA, 2018, 127 minutos). Ha sorprendido a propios y extraños la maestría de su principiante cineasta: Ari Aster, quien ha redondeado una obra punto menos que asombrosa. O punto más que magistral.

¿‘Hereditary’ subraya que experimentamos una época dorada, un regreso a la magnificencia, del cine de terror? La respuesta deviene tan contundente como positiva. Por su originalidad, por su arte escénico, por su fotografía, por su escenografía, por su puesta en serie, por su atmósfera, por su original enfoque, por su tensión sostenida y desprendida a la misma vez, por su carácter exclusivo, ‘Hereditary’ crea su propio código lingüístico.

Cosas extrañas -no sólo fenómenos- suceden en casa de los Graham. La muerte de la abuela y matriarca parece romper con desgarros del pasado. Y suma una herencia. Lo doméstico se torna asfixiante. Pero sin ningún socorrido efectismo cinematográfico. No una planificación al uso. No un guión repetitivo. No una propuesta en serie.

Al nivel de ‘La bruja’ (Robert Eggers, 2015) y ‘Déjame salir’ (Jordan Peele, 2017), el filme habita por otras mayúsculas tradiciones como ‘El resplandor’  o ‘Amenaza en la sombra’. Se desliza con soltura y psicosis entre los barruntos de vivido y lo soñado -lo heredado y lo adquirido-: ¿el habitáculo real y la lontananza mental? Con una Toni Collette en estado de gracia. ¿O de desgracia? En cualquier caso, no se pierda esta historia, esta histeria, tan real como la vida misma.

Puro terrorismo emocional