viernes. 29.03.2024

El éxito no sobreviene por capricho. El éxito no es un efecto carambola que se produce sin apenas esperarlo. Eso lo sabe bien Billie Eilish. El éxito no es sucedáneo del azar. El éxito no depende del factor suerte. El éxito no es una explosión que nace de la nada.

El éxito siempre tiene unos antecedentes. Siempre depende de unas causas. De una virtud que se desarrolla, de una planificación previa, de un esfuerzo personal, de un trabajo arduo, de una conciliación del talento con la tenacidad. El éxito hay que labrarlo, hay tallarlo, hay que esculpirlo. Es más una consecuencia que un fin. Y si no que se lo digan a Billie Eilish.

Pronto o tarde

El éxito, eso sí, no responde a ninguna clasificación temporal. Puede llegar pronto o puede tardar casi toda una vida. Asimismo puede durar un segundo o mantenerse en el tiempo de un modo casi sempiterno. En la medida del reloj del tiempo sólo cabe esperar lo indefinible, el crujido de una pronta sorpresa, el bostezo de una larga espera.

El éxito de Billie Eilish ha sido fulgurante en su arranque, precoz en el calendario vital y potente en el almanaque viral. En ella el éxito ha sido una suma de factores que al menos por el momento no ha alterado el producto. El producto que es toda ella con su arte en ristre, con su música que suena a sí misma, con su estilo tan definido y característico, con…

Plural y único

Con su lenguaje plural y único a la vez, con sus hechos diferenciales, con su sentido social y con su concepto de la amistad. Y aquí debemos hacer una parada. Una parada tan reflexiva como informativa. Una parada para así constatar un hecho. Un hecho reciente. Recentísimo. Concretamente acaecido el pasado domingo día 14, festividad de San Valentín.

Decíamos que el éxito también depende y mucho de la causa-efecto. Y el concepto de la amistad que posee y que cultiva y que potencia Billie Eilish es, sí, por descontado, una de las causas de su éxito. Ella lo demuestra, por ejemplo, tratando de igual, de tú a tú, a todos sus fans (que además no son uno ni dos, sino millones y millones hasta sumar una cifra espectacular).

Humildad y sencillez

Sí, la amistad tiene su implantación en la tierra firme de nuestra manera de relacionarnos. Y esa humildad, esa naturalidad innata, esa sencillez incluso franciscana, fraternal, de tratar a los semejantes encuentra en Billie Eilish una fuerza motriz que la impulsa a la fama del aplauso, a la celebridad y a la celebración, al fenómeno social.

Y una amistad que labra con minuciosidad es la que mantiene con su gran amiga Zoe Donahoe. Una relación que es o debiera ser ejemplo para muchos. Y que está repleta de detalles hermosos, de generosidades mutuas a raudales. Sin ir más lejos este pasado domingo día 14 del corriente mes de febrero Zoe recibió un bonito regalo a manos de la artista…

Un bonito regalo de parte de Billie. Un regalo nada ostentoso pero sí poderoso en la expresión de la ternura y la fidelidad y la pureza –que es lo contrario a la pereza-, un regalo que no necesita mayor explicación: un cromático y bellísimo ramo de flores. Ramo que Zoe recibió con una sonrisa de oreja a oreja y compartió con todos a través de sus redes sociales.

¿Qué significativo gesto tuvo Billie Eilish en este pasado San Valentín?