jueves. 25.04.2024

Jesús Quintero, ¿de estrella periodística a la ruina económica?

Alejado de la vida pública, el gran comunicador ha atravesado un calvario de deudas

Ha creado escuela. Ha creado estilo. Ha creado un género (periodístico) en sí mismo. No gusta de ser entrevistado. Sin embargo puede considerarse el mejor entrevistador de los tiempos últimos. Un comunicador de esencias. Un comunicador sui géneris. Un comunicador con un código ético muy definido. Un ser de lejanías, siendo tan transversal desde el punto de vista humano y humanitario. Jesús Quintero (1940), siempre un referente.

Pocos saben que, tras superar con éxito unas oposiciones, Jesús Quintero consiguió plaza fija en Radio Nacional. Poseía y posee un timbre de voz de oro. En la radio comenzó a ganarse la vida y en la radio alcanzó fama internacional. Los ochenta fue, a no dudarlo, su década. Un programa, un hito, un mito: ‘El loco de la colina’. Pionero en el tono intimista a través de las ondas.

Las preguntas de Quintero constituían todo un Rubicón, una radiografía interior, un confesionario de cortinillas abiertas, para el entrevistado. Dinámica verbal basada en la pausa y en los largos silencios.

En la profundidad del interrogante y en la capacidad de empatizar con el invitado. Años de auge, de cima, en el medio radiofónico y posteriores largas etapas asimismo en televisión: ‘Ratones coloraos’, ‘El perro verde’, ‘Trece noches’, ‘La boca del lobo’, ‘Cuerda de presos’, ‘El vagamundo’…

Desde 2013 la vida del periodista ha bajado tantos enteros que incluso ha orillado la peor quiebra económica. Creó entonces bastantes empresas que enseguida obtuvieron un resultado nefasto. La mayoría generando pérdidas económicas. Un túnel oscuro a partir de entonces.

A punto estuvo de perderlo todo. Los medios de comunicación comenzaban a hacerse eco de esta situción límite. Quintero no parecía tener mano diestra con los negocios. Hasta se especuló que sus hijas lo demandaran por no hacerse cargo de los estudios, lo que al cabo fue desmentido por ‘Vanitatis’.

Incluso hasta faltó poco para desprenderse de su conocido teatro después de que un juez dictara el desahucio por acumular alrededor de medio millón de euros con el propietario a causa del impago del alquiler. Según ‘El Español’ hasta se vio obligado a poner en venta su más preciado tesoro patrimonial, su casa de Sevilla, valorada en más de un millón de euros.

Está desaparecido. De la televisión. De la radio. De su círculo habitual. Alejado del mundanal ruido. De la mal denominada canalla periodística. Del oficio. Procurando arreglar, bien que mal, sus fracasos empresariales. El revés de los últimos tiempos, tan alejados de la gloria de antaño.

Poco a poco parece que recupera su situación económica. Que tantos titulares ha venido dando de un tiempo a esta parte. Ojalá pronto regrese por sus fueros a la primera plana de la parrilla televisiva. O de la intimidad de una radio que bien supo de personajes raros, solitarios o poéticamente locos. Es decir: líricamente cuerdos.

Jesús Quintero, ¿de estrella periodística a la ruina económica?