viernes. 19.04.2024
La comparsa 'Los mafiosos'.

Lo mejor y lo peor del intenso Carnaval que se nos fue

La climatología, el ambiente en la calle o el pregón del Momo contrastan con un COAC que no encuentra la fórmula idónea

Adiós a un Carnaval 2018 que, como es tradicional, tuvo sus luces y sombras. La climatología, el gran ambiente en la calle o el pregón del Momo encontraron su contrapunto en un COAC que no acaba de encontrar la fórmula más idónea y que, al margen de la judicialización del Concurso que se viene encima, dejó secuelas para analizar en el tema organizativo.

La comparsa 'Los mafiosos'.

LO MEJOR 

La climatología

Acompañó de principio a fin. No cayó una gota. Tampoco era muy difícil después de un año hidrológico tan adverso como el que estamos viviendo. Sin duda, hubiese sido una faena muy grande que el tiempo estropease esta semana de diversión con el consiguiente perjuicio para los comerciantes que encuentran en el Carnaval una vía de escape para sus arcas.

El funcionamiento de la limpieza

Está siempre en el punto de mira y funcionó de manera ordenada y eficaz para que la ciudad amaneciese de manera decorosa tras las intensas noches de tablaos e ilegales. Notable trabajo de los operarios para evitar imágenes desagradables y poco saludables.

Los datos de ocupación

También es tradición que los hosteleros no muestren públicamente su satisfacción por los datos de ocupación. Sin embargo, en esta ocasión, no solo el nivel ha rozado el 100% sino que incluso desde el colectivo se han vanagloriado por estos datos. Una pica en Flandes se llama eso.

La pasión de la comparsa y el renacer del cuarteto

En el COAC volvieron a brillar las comparsas. Pese a las ausencias de Martín o Bienvenido fue una edición de un nivel altísimo con cuatro grandes finalistas y otras tantas punteras que se quedaron a las puertas. La modalidad de los dos palos vivió un renacer motivado en gran medida por el regreso del cuarteto de Manolo Morera, una de las agrupaciones más aclamadas del certamen.

El pregón del Momo

Se apostó a caballo ganador y la apuesta no falló. Antonio Martín desgranó un pregón muy gaditano en el que no se olvidó de casi nadie que en el fondo es lo que gusta en un acto de este tipo. Un año más, y van tres, este acto con el que se despide oficiosamente el Carnaval, superó al oficial con el que se inicia la fiesta en la calle. El veterano autor fue protagonista también con la inauguración de la plaza que lleva su nombre, junto a su querida calle San Vicente.

El ambiente "ilegal" en la calle

Aunque pueda parecer una perogrullada, la calle es la dueña de la fiesta. Salvo episodios aislados gran ambiente en general, directamente proporcional al nivel de las agrupaciones. En este escalón mención especial para los romanceros y el Concurso de este año, certamen que ha batido el récord de inscritos y en el que ya ha habido "cajonazos", lo que demuestra la calidad de las apuestas presentadas en el Títere y, posteriormente, en el Falla.

LO PEOR

El ocaso definitivo de los actos gastronómicos previos

Ya venían decayendo pero lo de este año, empujado en gran medida por las fechas, ha sido casi la crónica de una muerte anunciada. Da la impresión que tienen que celebrarse porque sí pero, en el fondo, poco aportan. Para colmo, en el caso de la Pestiñada con el inconveniente de la lluvia añadido.

El COAC, ese proyecto inacabado

El Concurso tampoco parece encontrar su fórmula idónea. En 2017 se dio un paso importante colocando a las cabezas de serie al final de cada función, sin embargo en esta última edición el apretado calendario y el hecho de que tengan que cantar en sexto lugar, obligaba a colocar a otra agrupación por detrás. La consecuencia, una estampida general y un teatro vacío al final de la función. Mucho y mal se habla también del ambiente de un público muy mediatizado por la agrupación a la que viene acompañando.

El nivel de las chirigotas 

Este año se tenían depositadas muchas esperanzas en el renacer de las chirigotas debido, en gran medida, al aumento en el número de inscritos. A la hora de la verdad, la cantidad no ha venido acompañada de la calidad. Si se pueden hacer casi dos finales de comparsas, en chirigotas algunas entran en la noche más deseada casi con calzador.

Las polémicas absurdas y la mala utilización de las redes sociales

Un Carnaval sin polémica no sería Carnaval. Sin embargo, hay determinadas polémicas que resultan absurdas y que se engordan por la mala utilización de las redes sociales. Valga como ejemplo algunos enfrentamientos entre coristas en perfiles sociales por la forma de entender la modalidad.

El pregón

Al tener que discernir en este artículo entre lo mejor y lo peor se sitúa en lo peor. Y, a lo mejor, no porque fuera especialmente malo (los ha habido peores), sino porque es posible que se esperara más. Y, sobre todo, que en el texto y en su desarrollo estuviesen representados más sectores de la fiesta. Bien está dirigirlo hacia el Carnaval en la calle y la presencia de la mujer, pero el concepto global de la fiesta abarca mucho más.

La judicialización y la falta de paciencia

Algo se está perdiendo en el Carnaval. Que en el certamen del Falla, las noticias hayan llegado de la mano de los catalanes, el entorno de Andreita o la concejala de Fiestas denotan que algo pasa. Y si encima aparecen denuncias apaga y vámonos. Luego en la calle, cubos de agua y poca paciencia, una actitud que resulta chocante con la conocida como fiesta de la libertad. Bien está respetar el descanso, pero también hay que tener una cierta consideración con los que llevan algo de dinero a su casa. Sin olvidarnos de que esto no dura más que una semana.

Lo mejor y lo peor del intenso Carnaval que se nos fue