sábado. 20.04.2024

Sonreír te hace correr más y mejor

Fruncir el ceño aumenta el esfuerzo percibido y la activación durante la actividad de resistencia

Por: Antonio Álvarez Lovillo

La intuición nos dice que un estado de ánimo optimista y alegre es positivo para gestionar cualquier faceta de la vida. Ahora, la ciencia demuestra con una nueva investigación que el gesto facial que tenemos al hacer deporte es un parámetro que influye en la mejora de la resistencia.

Es la conclusión de una reciente investigación que especifica que la sonrisa puede mejorar la economía de carrera (el consumo de oxígeno que necesitamos para mantener un ritmo) y reducir la percepción del esfuerzo. Por el contrario, fruncir el ceño aumenta el esfuerzo percibido y la activación (vinculada a pensamientos negativos) durante la actividad de resistencia.

Sonreír disminuye el gasto de oxígeno

El estudio “Los efectos de la expresión facial y las señales de relajación en la economía del movimiento, respuestas psicológicas y percibidas durante la carrera” (ver más) comparó los efectos que los distintos enfoques de atención tienen en la economía de carrera (VO2máx), en las respuestas fisiológicas (frecuencia cardíaca), en la percepción subjetiva del esfuerzo y en las variables respiratorias del deportista (ventilación pulmonar y producción de CO2).

La prueba se realizó con 24 corredores entrenados que no conocían el objetivo del estudio. Todos completaron cuatro bloques de ejercicios de seis minutos duración al 70% de velocidad del consumo máximo de oxígeno o economía de carrera (VO2max) con dos minutos de descanso entre los bloques.

Los participantes realizaron sesiones corriendo mientras sonreían, fruncían el ceño, relajaban conscientemente las manos y la parte superior del cuerpo, o con un enfoque atencional normal (estos formaban el grupo control). Las respuestas cardiorrespiratorias se registraron continuamente y los participantes informaron del esfuerzo percibido, de la valencia afectiva (sus emociones) y de la activación (o respuesta constante del sistema nervioso para realizar la actividad) después de cada situación.

Los resultados determinaron que sonreír disminuye el coste de oxígeno en un 2,78% respecto a correr con el ceño fruncido. También es inferior un 2,23% en comparativa a hacerlo pensando en cosas normales. Igualmente, se produjo un mayor volumen de CO2 generado frunciendo el ceño (2,91%) que cuando se corría sonriendo. En cambio, ejercitarse relajando la parte superior del cuerpo no determinó más eficacia en ninguna de las variables analizadas.

Este es el primer estudio que demuestra un VO2 más bajo mientras se sonríe corriendo en comparación con el ceño fruncido y los pensamientos normales de los participantes. En total, 14 de 24 corredores (58,33%) fueron más económicos al sonreír.

La sonrisa ocasional, la idónea para la mejora en la resistencia

No se trata de forzar la sonrisa para generar mejoras, sino de la actitud que tenemos al hacer deporte. El estudio también demostró que la sonrisa periódica puede ser la más apropiada, ya que la prolongada puede ser poco práctica y difícil de mantener.

De igual modo, la investigación ha apoyado la idea de las diferencias en la percepción del esfuerzo según la gesticulación. Así, se refleja una reducción en la percepción del esfuerzo al sonreír o al estar relajado, mientras que éste parámetro subjetivo se eleva al fruncir el ceño.

No se observaron diferencias en la frecuencia cardíaca con los diferentes atenuantes. La tercera hipótesis estudiada, la cual era que la percepción del esfuerzo y la activación se reducirían y la valencia afectiva aumentaría corriendo con una sonrisa en comparación con el ceño fruncido, también quedó refrendada de forma parcial.

Una explicación: la relajación del sistema nervioso simpático

El cerebro humano asocia correr a una situación de estrés y/o peligro, no de entrenamiento ni disfrute del tiempo libre. Tiene sentido si pensamos por qué corrían nuestros ancestros. El sistema nervioso simpático es el encargado de prepararnos para afrontar este tipo de situaciones: hace posible que se acelere el pulso, que se incremente la presión sanguínea y que los músculos se tensen para responder con velocidad a los estímulos.

Sonreír implica generar un estado de relajación que puede disminuir la actividad del sistema nervioso simpático. Al reducir la actividad del sistema simpático, nuestro pulso también puede disminuir de forma ligera y nuestros músculos, ver reducida su tensión, provocando que la carrera pueda situarse en un ritmo más fluido y económico.

Pensamientos positivos para tardar en cansarse

La ciencia ha profundizado a lo largo de los años en la relación entre actitud positiva y rendimiento deportivo. En 1977, los investigadores William P. Morgan y Michael L. Pollock profundizaron en cómo los corredores de maratón profesionales se apoyaban en pensamientos relajantes durante la prueba, consiguiendo un menor consumo de oxígeno respecto a los corredores no profesionales.

Se sabe que las condiciones de distracción, como soñar despierto, y las técnicas de relajación, reducen el esfuerzo percibido durante la actividad de resistencia (ver estudio). Varios estudios refrendan este componente psicológico del rendimiento (ver más) y sugieren que el esfuerzo percibido es menor cuando el corredor se enfoca en pensamientos agradables o se relaja. Por el contrario, fruncir el ceño lleva a centrarse en pensamientos desagradables, aumentando, como resultado, la percepción del esfuerzo.

Aunque el control de las emociones y la actitud ante la competición son variables muchas veces olvidadas en la preparación de los deportistas, desempeñan un papel crucial que podemos entrenar incluso sin calzarnos las zapatillas.

Sonreír te hace correr más y mejor