¿Cómo aplicar unas subidas pactadas cuando la economía crecía un 3% anual cuando, de pronto, cae un 11%? ¿Cómo encarecer las cotizaciones a la Seguridad Social sin distinciones a todo un colectivo (el de los autónomos) cuando muchos de ellos aún no han visto desaparecer la amenaza de que nuevas restricciones a la movilidad les obliguen incluso a cerrar el negocio? Ese es el dilema que enfrenta al Gobierno con las principales asociaciones de autónomos que, de momento, han acordado aplazar hasta junio el último incremento aprobado; pese a que ya ha aplicado en enero. Es decir, de febrero a mayo, la cuota de autónomos volverá a ser la de diciembre de 2020.
Hablamos de subida cuando en realidad deberíamos decir subidas, en plural; ya que el motivo de la queja de los trabajadores por cuenta propia es que casi coinciden la aplicación de dos incrementos decretados distintos; aunque ambos aprobados hace ya dos años en el Real Decreto Ley de 28 de diciembre de 2018. En él se contemplaba el aumento progresivo durante 2020 y 2021 de los tipos de cotización aplicables por contingencias profesionales; y por cese de actividad de los trabajadores autónomos. No se modificaban, en cambio, ni la cotización por contingencias comunes; (las vinculadas a las pensiones por jubilación o las prestaciones por paternidad y maternidad; que seguían suponiendo un 28,3% de lo cotizado) ni la correspondiente a la formación profesional (0,1%).
Principales modificaciones del sistema de Seguridad Social
El Gobierno ya trabaja en una de las principales modificaciones que experimentará el sistema de Seguridad Social en nuestro país durante la presente legislatura; la reforma del Reta para implantar la cotización por ingresos reales de los trabajadores autónomos. Una medida con la que el Gobierno podría recaudar a través del régimen de autónomos hasta un 50% más de los ingresos que recauda por esta vía; unos 5.055,95 millones de euros más cada ejercicio.
Cabe recordar de esta medida, que es uno de los principales objetivos del ministerio capitaneado por José Luis Escrivá. Y, más allá, se ha configurado como uno de los ladrillos de la reforma del sistema de pensiones que está abordando el Ejecutivo, ahora con los agentes sociales, y que forma parte de las medidas previstas para elevar la recaudación de la Seguridad Social. De este modo, el aumento de los ingresos del Reta pasaría de la media de los últimos años de 10.000 millones de euros, a embolsar cada ejercicio algo más de 15.000 millones de euros, equivalente al 1,25% del PIB.
No en vano, cabe recordar que el aumento previsto en la recaudación del Reta no responde a una subida generalizada de las cuotas de los trabajadores por cuenta propia; sino que estaría sujeto a un balance por el cual, los autónomos que afrontan una sobrecotización verían ajustados a la baja sus pagos a la Seguridad Social en base a sus ingresos; mientras que otros que pagan una cuota muy inferior a la que les correspondería por nivel de ingresos pasaría a aportar más.
