jueves. 25.04.2024

Calor cofrade y de barrio para arropar a la copatrona de Cádiz

La Virgen de la Merced recorre las calles de la feligresía acompañada por numeroso público

No tienen mucha suerte los archicofrades de la Merced. No hay un año que la procesión de gloria de su imagen titular no coincida con un partido del Cádiz en casa. Ahora, encima, con el cambio climático, el calor suele convertirse en incómodo acompañante para su desfile de alabanza.

Pero ni una cosa ni otra, ni esa tendencia antireligiosa, que parece querer cobrar fuerza, puede con la ilusión de una corporación modesta pero que quiere seguir creciendo en el entorno del panorama cofradiero de Cádiz. Además, el gaditano devoto de a pie quiso sumarse y, pese a las altas temperaturas, arropó desde un primer momento el transitar del cortejo.

A las seis de la tarde se abrían las puertas de la parroquia de la Merced. El cortejo, limitado como siempre, volvía a contar con la presencia de las tradicionales mantillas, muchas de blanco inmaculado, que aportaban su particular colorido al ritual.

Posteriormente, los guiones de las representaciones de Cigarreras, Sagrada Cena, Nazareno Sentencia o Siete Palabras, evidenciaban los lazos que unen a una de las feligresías más unidas de la ciudad. Detrás, los hermanos mayores del templo mercedario acompañaban a José Luis Piulestán, máximo representante de la celeste archicofradía y al director espiritual Balbino Reguera.

Y detrás, la siempre presente representación policial. Entre ellos, el responsable del gabinete de comunicación, Andrés Bragado, muy ligado igualmente a la comunidad pues no en vano es tesorero de la cofradía de Sentencia.

Ilusión y mucha se palpaba en la cuadrilla comandada por Vicente Llorens y su inseparable Eduardo Doeste, un colectivo que se estrenaba, además en un día complicado, y con el listón tan alto que ha dejado Enrique Gómez Freire, antiguo capataz, que, por cierto, siempre se mantuvo cerca de la Virgen demostrando que hay que ser devoto más allá de los martillos.

Antes de las seis y media, la Virgen de la Merced, se reencontraba con un barrio de Santa María que le sigue rindiendo pleitesía y que lleva muy gala eso de la copatrona. Llegaba la hora de disfrutar y deleitarse, con momentos muy íntimos y para el recuerdo como el protagonizado muy cerquita de la iglesia de Santa María con 'Hosanna in excelsis'.

Antes de las 23:30, el cortejo se aproximaba de vuelta a su templo tras un recorrido corto pero exigente. Este año, el caprichoso calendario había querido que hubiese que adelantar la recogida para la tradicional felicitación que tiene lugar a las doce de la noche del día 24 coincidiendo con su festividad.

Un año más, misión más que cumplida. Ahora las miradas se centraran en el Nazareno de la Obediencia, la imagen de penitencia que suena con fuerza para incorporarse a la Madrugada pero que precisa de una restauración.

Calor cofrade y de barrio para arropar a la copatrona de Cádiz