sábado. 20.04.2024

El Cádiz, entre la inestabilidad y la desunión

El mal inicio liguero destapa heridas en un proyecto que parece tener fecha de caducidad

El comienzo del Cádiz, al menos en la competición liguera, no invita al optimismo. Una victoria en la primera jornada ante el Almería y, desde ese momento, no se han vuelto a sumar los tres puntos, con derrotas estrepitosas ante Mallorca o Alcorcón.

A nadie se le escapa que en cualquier competición existen rachas y los de Cervera ya han demostrado en anteriores campañas que son capaces de sobreponerse a las adversidades y encadenar, posteriormente, buenos resultados para escalar posiciones en la tabla.

Sin embargo, en esta ocasión, ese bache ha coincidido con el inicio de temporada y ha hecho encender las alarmas en un proyecto con muy buena pinta pero que parece tener fecha de caducidad si no se pone remedio.

En primer lugar, habría que señalar que, salvo Álvaro García, la base del equipo se mantiene y, por tanto, la situación no se puede achacar a los cambios en la plantilla. Cierto es que se han producido lesiones, pero solo Garrido es un pilar fundamental en los esquemas del preparador cadista.

Sea como sea, las miradas se dirigen lógicamente al entorno. Uno de los primeros señalados es el presidente Manuel Vizcaíno, al que se le acusa directamente de la confección de la plantilla o más bien de ponerle trabas a Juan Carlos Cordero para que no pudiera fichar como deseaba y poder argumentar su destitución. Luego ha llegado a declarar que hay dinero en el banco para fichar.

Eso ha enervado a la afición que ayer domingo ya comenzó a pedir a gritos su marcha porque entiende que el plantel se ha debilitado de forma considerable. Los gritos de dimisión evidencian el malestar con su gestión de un tiempo a esta parte. Tampoco conviene olvidar que en su particular guerra contra Pina también tiene sus partidarios, lo que pone de relieve la desunión existente también el entorno.

Esa misma falta de unidad comienza a percibirse también en las opiniones en torno a la figura del entrenador. De ser el salvador, y continuar siéndolo para muchos, se ha convertido para otro sector en un entrenador conservador, casi sin ideas, y que falla más que acierta.

En este contexto, las declaraciones del propio Cervera tampoco parece que ayuden mucho. Ya en pretemporada mostró su disconformidad con la configuración de la plantilla y en sus manifestaciones posteriores da la sensación de no sentirse muy a gusto con el proyecto que tiene entre manos.

Sea como sea, las jornadas pasan y el clima que se vive no resulta el más adecuado y más en una categoría muy disputada este año y en la que va a hacer falta sudor y sangre para sacar adelante los encuentros.

El Cádiz, entre la inestabilidad y la desunión