miércoles. 24.04.2024

¿Por qué el Consejo de Cofradías de Jerez incumple la norma vigente?

Aproximación al conflicto latente en torno al órgano de Curtidores

¿Por qué incurre el Consejo Local de la Unión de Hermandades en el gravísimo incumplimiento de la normativa vigente? ¿Y, además, como así aseguró el propio presidente, Dionisio Díaz, esta negligencia la comete el  Consejo conscientemente? La queja elevada por las Cinco Llagas y que ha propiciado in extremis la convocatoria de un Pleno Extraordinario -avalado por la rúbrica de 17 Hermanos Mayores- ha abierto un melón que ahora mantiene interrogantes a pie de calle.

Es tema candente en mentideros y tertulias cofradieras. Pero también se ha hecho extensible a otros tejidos sectoriales de la ciudad. Incluso la noticia comienza a trascender allende las fronteras locales.

En reunión mantenida por una comisión del Consejo de Cofradías con otra comisión dirigente de la Hermandad de las Cinco Llagas -reunión que tuvo lugar en la propia sede social del Consejo- el presidente del órgano de Curtidores comentó que la intención  siempre ha sido el cumplimiento de la norma pero que “instancias superiores” influyen para que, a la postre, no pueda hacer “otra cosa".

Sinceridad que, de entrada, honra a Dionisio Díaz pero asimismo lo desacredita como máximo responsable de una institución que debe cumplir y hacer cumplir los estatutos por los que se rige y asimismo por los acuerdos adoptados en Pleno de Hermanos Mayores. Acuerdos que siempre mantienen su vigencia, máxime si jamás fueron revocados por otro Pleno de Hermanos Mayores de idéntica naturaleza.

Cabe recordar que el Pleno de Hermanos Mayores es el órgano superior de gobierno y está constituido por todas las Hermandades y Cofradías integradas en el mismo, representadas por sus Hermanos Mayores o Tenientes Hermanos Mayores en los que deleguen.

Que “instancias superiores” bloqueen de manera oficiosa el cumplimiento de la normativa vigente no puede ser argumento comprendido por la Hermandad de las Cinco Llagas habida cuenta, recibida su Junta de Gobierno por el prelado en la habitual audiencia celebrada en Bertemati, el obispo monseñor José Mazuelos subrayó claramente que, al respecto del tema de la banda del Nazareno, nunca iba a emitir un decreto pues “se trata de una cuestión que compete resolver única y exclusivamente al Consejo”.

Si Mazuelos ya dejó clara -cristalina- su postura en dicha audiencia al Hermano Mayor y a todos los miembros de la Junta de Gobierno y equipo de auxiliares y asesores de las Cinco Llagas, ¿por qué alega el presidente del Consejo de Cofradías ahora el impedimento de las instancias superiores para la justa aplicación del acuerdo vigente del Pleno de Hermanos Mayores?

¿Por qué este oído sordo a la norma por parte  del Consejo cuando además, a mayor abundamiento, las Cinco Llagas cuanto exige es el cumplimiento de la normativa sobre su propia corporación y jamás que, ni en primera ni en última instancia, desaparezca la banda que antecede a la cruz de guía de la Hermandad de Jesús Nazareno?

¿Puede entenderse que ambas Hermandades tienen derecho a conservar su idiosincrasia procesional? ¿La una procesionar con banda delante de la Cruz de Guía y la otra conservar su idiosincrasia de procesionar en estricto silencio, sin ningún tipo de acompañamiento musical, como así exigen y tipifican las propias reglas de la cofradía de blancos nazarenos aprobadas por el obispado?

¿Por qué no se busca la fórmula apropiada para que, sin incumplirse la normativa vigente, las dos Hermandades resulten favorecidas y asimismo enmarcadas conforme al acuerdo del Pleno de Hermanos Mayores?

El presidente del Consejo ha invitado a los Hermanos Mayores de las Hermandades protagonistas de este teórico conflicto a reunión. Concretiza que deben asistir sendos Hermanos Mayores y su persona en calidad de presidente de la Unión de Hermandades, así como también la secretaria de dicho Consejo. Pero…

Las Cinco Llagas propone además que, para que todos los perfiles del posible acuerdo queden bien reflejados, asistan los secretarios –que son los fedatarios- de las dos Hermandades. El presidente del Consejo se niega en redondo. Alegando tan sólo que las condiciones de la reunión las impone él. Como es natural, la Hermandad de las Cinco Llagas ni comprende ni comparte esta negativa. Negativa que además no parte del Consejo como tal, en criterio de todos sus miembros, sino de su cabeza visible.

Cabe preguntarse el porqué Dionisio Díaz no admite la mayor transparencia que sumaría la asistencia de los secretarios de las Juntas de Gobierno de las dos Hermandades a esta reunión que además nada ha de esconder ni nada oculta. Sino más bien todo lo contrario: se trata de un encuentro de cartas bocarriba y de acercamiento entre dos corporaciones que sin duda han de comunicarse de la forma más abierta y completa posible. ¿Por qué pone el presidente coto a una reunión que en cualquier caso ha de ser de consenso?

Es también vox pópuli que las últimas intervenciones del presidente han creado cierto malestar -o bastante malestar- entre las personas que integran su equipo. El ninguneo de potestades delegadas o la falta de información ante determinadas decisiones oficiales adoptadas unilateralmente o no compartidas con la totalidad de los consejeros parece propiciar tensiones internas. Es de desear que pronto las aguas vuelvan a su cauce. Las cofradías -al menos las cofradías- así lo merecen.

¿Por qué el Consejo de Cofradías de Jerez incumple la norma vigente?