jueves. 28.03.2024

De cómo perder el miedo escénico a hablar en público

Eugenio Camacho: “Todos, sin excepción, estamos programados para comunicar de manera sobresaliente”

Desde que viene impartiendo sus cursos de oratoria y comunicación eficaz –estructurados en tres niveles (el segundo y el tercero incluyen talleres prácticos)- han sido muchas las personas de todo ámbito -empresarial, docente, asociativo, de la administración pública y de la iniciativa privada, adolescentes y adultos, particulares anónimos y personas afamadas- las que han perdido por completo sus nervios -miedo escénico- a hablar en público y han asimilado por entero todas las herramientas para manejar -con dominio, con soltura, con fluidez- la comunicación más eficaz posible. Eugenio Camacho López de Carrizosa -un periodista dado por deontología profesional al potencial de la comunicación- lo tiene clarísimo:  “Esto de hablar en público es para todos. Está al alcance de todos. A alguna gente le gusta hablar en público, a mucha gente le disgusta hablar en público y a muchísima gente le asusta hablar en público. Tres de cada cuatro personas en España tienen –padecen- lo que se denomina miedo escénico. Una de cada cuatro no lo tiene pero no todos gozan de las herramientas necesarias para comunicar bien. Aquí, en España, no es una materia obligatoria en el sistema educativo. Me refiero a la oratoria. Y con esa carencia salimos a la vida, al mercado laboral. Nadie nace sabiendo comunicar. Nadie nace siendo un comunicador nato”.

Bajo la marca identificativa ‘Eugenio Camacho Media Coach & Comunicador’, este apasionado profesional de la comunicación no para: su agenda casi carece de huecos en blanco. A veces nos preguntamos el porqué existen tantas inseguridades a la hora de expresarnos en público. Demasiadas personas se autocastigan imponiéndose la penitencia -falsa a la postre- de su incapacidad al respecto. Y esto sucede, según Eugenio Camacho, “porque nadie nos ha dicho que podíamos hacerlo. En el colegio no nos sacaban a hablar en público. Tampoco en el instituto ni en los ciclos formativos. Por increíble que parezca, en la universidad no era ni es costumbre. Y, claro, al adentrarnos en el terreno profesional lo hicimos con una gran limitación. Esto se tradujo posiblemente en entrevistas de trabajo en las que no dimos la talla porque no nos mostramos seguros y confiados y fuimos incapaces de proyectar todo nuestro potencial y valía. Es muy posible que en las ocasiones en las que hemos tenido que hablar en público, hayamos sufrido los síntomas clásicos: un nudo en el estómago, sequedad en la boca, rubor, sudor y hasta temblores. La falta de costumbre ha hecho que el sentido del ridículo y el miedo escénico se hayan apoderado de nosotros. Sin embargo, nunca es tarde para recibir la metodología adecuada y acabar con esta carencia que muy posiblemente nos haya privado de muchas oportunidades. Todos estamos capacitados para ser unos excelentes comunicadores. Será suficiente una buena metodología y entrenamiento para descubrir al buen orador que llevamos dentro”.

A no dudarlo comunicación eficaz es sinónimo de éxito en todos los órdenes de la vida. Tanto en el personal como, naturalmente, en el profesional. A Camacho le gusta hablar de un banco de tres patas: “Sin alguna de las tres, el banco cedería. La primera es conocimiento, la segunda honradez y la tercera una buena comunicación. El tener presente las tres conduce con seguridad al éxito profesional y personal. Hasta ahora habíamos prescindido de la comunicación y no nos había ido mal del todo, pero el potencial que adquirimos con esta cualidad es sorprendente”.

Existen vicios adquiridos -al menos conceptualmente- al respecto de hablar en público. Verbigracia hay quien piensa -con cierta vehemente rotundidad- que el miedo escénico es natural. E inclusive que sea, por conveniente, hasta inevitable. Nuestro entrevistado lo desmiente a rajatabla. Con datos sobre el tapete: “Si en España tres de cada cuatro personas tienen miedo escénico, es lógico pensar que es algo innato. Sin embargo, ese porcentaje es muy inferior en Estados Unidos, Canadá, Argentina o Italia, países donde se imparte Oratoria en los colegios, institutos y universidades. Un curso de ‘Hablar en Público’ ya confiere una confianza y seguridad importantes, pero la práctica a base de entrenamiento y el hábito de prepararse las intervenciones jugarán también un papel importante. En el caso de la metodología que imparto, incluye una parte que aprendí del profesor Lafuente y que se basa en el refuerzo de la personalidad”.

Aprovechamos la ocasión para preguntarle por los contenidos de su exitoso curso -que tanto está dando que hablar (para bien)-: “Consta de tres niveles. El nivel 1, de cuatro horas, desmonta algunos mitos con respecto a la Oratoria que nos va a permitir tratarla de tú a tú. Eso nos hará más receptivos a la hora de adquirir los conocimientos necesarios para dar esquinazo al miedo escénico e ir mejorando paulatinamente nuestra forma de comunicar. Posteriormente hay dos niveles, de tres horas cada uno, en los que ponemos en práctica la metodología. Cómo preparar y ejecutar una presentación o discurso, atender a los medios de comunicación o las claves para una buena negociación son algunos de los trabajos en los que insistimos. Estos talleres nos permitirán conocer con precisión nuestro nivel de comunicación, el margen de mejora que tenemos y adquirir la soltura suficiente para mejorar mi productividad profesional gracias a la comunicación. El curso va dirigido a todo tipo de personas. A licenciados, catedráticos y directivos, a estudiantes, recién titulados, personas sin estudios ni formación, amas de casa, desempleados… Todos tenemos mucho que ganar al adquirir la capacidad de hablar y de convencer a los demás”.

Eugenio sí padeció miedo escénico. De los calificados como más terribles. Sufría y las pasaba canutas a la hora de enfrentarse a la oratoria en público: “En mi caso el miedo escénico fue el que me llevo a interesarme -no hace demasiado tiempo- por esta materia. Tenía falta de confianza, falta de seguridad, enorme. Yo literalmente vomitaba media hora antes de salir a hablar en público. Tan importante es, sin duda, el poder de la palabra hablada. No es casual que los dictadores de todos los tiempos hayan tenido en la oratoria una de sus armas más importantes. No es casual. A través de la palabra se ha cambiado el mundo. Por mucho que ahora se cuente con las redes sociales. Etcétera. Cuando tomamos la palabra el objetivo debe ser comunicar. Comunicar es transferir ideas de mi cabeza a tu cabeza. El objetivo es siempre comunicar”.

Hablar en público no es sólo la exposición ante nutridos auditorios. También el uso de la palabra en un brindis de carácter familiar. En la negociación durante una reunión de trabajo. O en el tú a tú diario de una pareja de enamorados. O con visos de serlo. “Es que al orador -subraya Eugenio Camacho- lo hemos visto hasta ahora como a un ser privilegiado. Una persona superior a la que admirábamos y muy alejada de nuestras posibilidades. Con unas cualidades innatas que le convertían en un excelente comunicador. Vamos, como si la Oratoria -escrita con mayúsculas- fuera un don para unos cuantos afortunados. Pero de eso nada. La oratoria es para todos. Independientemente de nuestra cultura, de nuestra posición social y de nuestra formación. Todos estamos programados para comunicar de manera sobresaliente. Repito, todos”.

Y es que la oratoria ya es material vital e imprescindible a tenor de los tiempos que corren porque “la forma de trabajar y de relacionarnos ha evolucionado vertiginosamente, y más que lo va a hacer -indica Camacho-. Porque la competencia es feroz y porque es una temeridad ir por la vida sin esta cualidad cada vez más necesaria: la de hablar con eficacia. Porque nos arrebataron esta herramienta un sistema educativo que, incomprensiblemente, sigue sin atender esta necesidad vital para la sociedad, pero que nunca es tarde para adquirirla. Cuanto antes lo hagamos, mucho mejor para nosotros”. Los lectores de MIRA que deseen adquirir más información sobre el curso impartido por Eugenio Camacho puede contactar con su organización a través del correo electrónico info@mavcomunicacion.es Hablar en público otorga no sólo seguridad sino también felicidad a quien cultiva este saludable hábito. La modernidad llama así a las puertas de nuestro futuro.

De cómo perder el miedo escénico a hablar en público