viernes. 31.03.2023

El Congreso de El Perú recuerda el legado de Las Cortes de Cádiz

El espíritu de Cádiz y el Doce, muy presentes en la campaña institucional del Bicentenario de la Independencia del País Andino

El Congreso de El Perú recuerda el legado de Las Cortes de Cádiz

El espíritu de Cádiz y el Doce, muy presentes en la campaña institucional del Bicentenario de la Independencia del País Andino

La fachada principal del Congreso de El Perú en Lima recuerda a Las Cortes de Cádiz en la cartelería de la campaña institucional del Bicentenario de la Independencia del País Andino, una efeméride que se conmemora el próximo año 2021.

Foto: Guillermo Román para ELMIRA.es desde Lima.

El Espíritu de la Constitución de 1812, de La Pepa, uno de los primeros brotes de democracia liberal que se vivió en Europa y en el mundo y que se propagó desde Cádiz hacia la independencia de los países iberoamericanos, está hoy día muy lejos de ser un elemento de fricción y conflicto, siendo más bien un hermoso vínculo de unión que ha forjado naciones hermanas y que ha contribuido a enriquecernos y hacernos a todos un poco mejores.

Porque por mucho que unos poquitos nada más se empeñen, entre ellos ese pobre personaje mediocre de López Obrador erigido en el triste, patético y descafeinado heredero del nefasto Chaves y su populismo, la relación de España y los países latinoamericanos que un día fueron sus colonias es cada vez más estrecha y fraternal que nunca y nuestros destinos futuros en casi todos los aspectos: sociales, culturales y económicos especialmente, caminan de la mano por la misma senda. Porque siempre, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.

Impertinentes

Ya de la impertinente y también patética algarada soltada por ese grupúsculo musulmán de Sevilla exigiendo a España -porque exigir a Su Majestad el Rey Felipe VI es hacerlo a España, a todos los españoles- que se pida perdón por la Reconquista suena a broma de mal gusto y podemos hablar largo y tendido otro día.

Sobre todo cuando ello viene de una comunidad de personas que reside en España como refugiados y exiliados de una serie de estados teocráticos y dictatoriales donde la democracia apenas es considerada una marca golosinas o similar. Menos mal que por lo menos aquí, en España, este país que generosamente les permite vivir y desarrollar plenamente sus derechos fundamentales, entre ellos la libertad religiosa y de culto, pueden realizar esta protesta macarrónica.

Lo mismo, en los países donde estas personas nacieron y desde los que huyeron, no importa si Marruecos, Siria, Irán, Arabia o Dubai, por una reivindicación de este tipo ya estarían como mínimo en la cárcel y con algún latigazo en el cuerpo, pero no esto es España, donde su sistema político basado en parte en esa democracia liberal derivada de Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812 les ampara y les invita a ponernos a parir si quieren, y nosotros los españoles, pues nos lo tragamos, porque otra cosa no, pero tragaderas, las que hagan falta.

El Congreso de El Perú recuerda el legado de Las Cortes de Cádiz