Isabel Pantoja está pendiente, en la distancia, de todo cuanto le concierne. No puede ni debe hacer menos. Ella se encuentra en una situación de extrema actualidad mediática. La guerra con su hijo Kiko Rivera ha traspasado todos los límites. Nada juega a su favor ni en su contra: todo depende del color del cristal con el que se mire. Tiene la tonadillera tantos adeptos como adversarios.
Solemos decir que en el circo mediático de la cantante crecen los enanos. Y no es una metáfora exagerada. Sino un sentido figurado henchido de noticias propias del mundo rosa del periodismo ídem. La Pantoja tiene un imán de silencio y enemistad. Telecinco es ahora la cadena enemiga de la artista. O al menos una parte. Como así se ha evidenciado en todo el entramado en contra de Antonio David Flores (con su porción de verdad y su alta dosis de tocomocho).
Divismo de ocasión
Isabel Pantoja juega al divismo de ocasión. Su mudez no la beneficia ni desde lejos. Ahora España parece partida en dos: los pantojistas y el resto. Hay un latido cañí en todo esto. Como una grandilocuente dejación de la modernidad. A nadie corresponde juzgar dónde radica la culpabilidad o la inocencia que se le achaca a Isabel al respeto de sus desafueros económicos…
Ahora bien, a su hijo sí. Kiko Rivera tiene derecho a su confesión pública. En plena batalla mediática entre el hijo y la madre llega la ocasión de otro anuncio de Mediaset: la nueva edición de Supervivientes. Un reality que presenta el plantel de participantes más peculiar de los tiempos últimos. La selección ha respondido a un criterio de veras estratégico.
'Supervivientes' alcanza la decena de participantes ya confirmados para su inminente edición. Omar Sánchez, el novio de Anabel Pantoja, hace su debut en el universo de reality shows de Mediaset. Será un Robinsón inédito. El anuncio de su participación ha sorprendido a propios y extraños. ¿Será un partidario claro de la causa de Isabel Pantoja en el concurso?
No cabe la menor duda que tanto el tema Isabel Pantoja como el de Rocío Carrasco estarán muy presentes en las conversaciones cotidianas de los participantes. No sabemos en qué medida se implicará Omar Sánchez, quien se ha dado a conocer entre los aficionados al universo Sálvame a raíz de su noviazgo con Anabel Pantoja.
Discreción constante en torno a Isabel Pantoja
Omar Sánchez no es dado a las televisiones. Su discreción es una constante en este sentido. Digamos que su experiencia televisiva aún es testimonial. Claramente testimonial en tanto en cuanto solo ha intervenido de manera fugaz en conexiones de su pareja, aunque de otro lado – al pan, pan y al vino, vino- sí se ha dejado ver con ella habitualmente en redes sociales y en revistas.
De lo que no cabe la menor duda es que con su aceptación, con su presencia, con su participación, se asegura la doble presencia de la familia Pantoja, cual sempiterno generador de contenidos para la cadena. En este sentido conviene recordar que ya estaba confirmada Sylvia Pantoja, quien, pese a su apellido, no puede considerarse ni de lejos una pantojista, sino más bien todo lo contrario.
La herencia envenenada
Precisamente Sylvia Pantoja ha aparecido recientemente como entrevistada por largo de uno de los programas dedicados por entero a la herencia de Paquirri bajo el título de ‘Cantora: la herencia envenenada’. Entonces hubo quien la tachó de oportunista. Aunque de otro lado también tuvo mucho que contar en primera persona.
Sánchez, el novio de Anabel, se une a los otros ocho concursantes comunicados oficialmente por Mediaset: Lara Sajen, Marta López, Antonio Canales, Sylvia Pantoja, Alexia Rivas, Tom Brusse, Olga Moreno, Carlos Alba y Melyssa Pinto. Todos ellos arrancarán próximamente una aventura de hambre, de intemperie y de no poca valentía.
