martes. 23.04.2024
Farrah Fawcett
Farrah Fawcett

Hace ya doce años. El tiempo pasa volando a ras de lo inadvertido. En un abrir y cerrar de ojos. Hace ya doce años que Farrah Fawcett, el ángel más bello, elevó su vuelo al cielo de lo eterno. El ángel más bello de la televisión. Era dulce como el susurro de un secreto. Era rubio como el guiño de una verdad. Era alto como una torre de marfil. Era rizado como el signo de otros interrogantes.

Enamoró al mundo entero, de continente a continente, como un ser lleno de beldad y de verdad. Sus modales eran delicados. Su hablar, exquisito. Su heroicidad, a prueba de bombas. Defendía a ultranza la justicia. El sentido de la justicia. La aplicación de la justicia. Implantar el orden por vocación y por profesión. Arriesgarse incluso físicamente cuando algunos casos así lo requerían.  

Las preferencias de los españoles

Pongamos que hablamos de la década de los 70. Pongamos que hablamos de esta década tan pródiga en serie de televisión de renombre. De series de televisión que calaron hondo en las preferencias de los españoles. Los fines de semana de entonces la televisión aportaba una programación la mar de interesante. Eran fines de semana prácticamente para no moverse de casa.

¿Quién no recuerda una programación de sábado con emisiones tales ‘Biblioteca Nacional’, ‘La bolsa de los refranes’, ‘Más vale prevenir’, ‘Aplauso’, ‘Érase una vez el hombre’, ‘Con ocho basta’, ‘Sábado cine' y, por supuesto, ‘Los ángeles de Charlie’. Tres ángeles tres, a cual más guapa, que impartían orden y verdad jugándose el todo por el todo. Jugándose el tipo y el ser.

Rubia de ojos azules

Entre los ángeles hubo uno, sí, rubia de ojos azules. Se llamaba, se llamó, Farrah Fawcett. Todos las adoraban, tanto hombres como mujeres. Los chicos, a qué ton negarlo, tenían su póster en los dormitorios. Póster que por lo común venía incluido en alguna edición de la revista Súper Pop.

Tras aparecer en distintos anuncios -que no pasaron inadvertidos- y conseguir pequeños papeles, la fama sin embargo le llegó con esta serie de televisión, con 'Los ángeles de Charlie', donde interpretaba a Jill Munroe. Una curiosidad: aunque solo protagonizó una temporada, siempre será recordada  como uno de los ángeles originales. Kate Jackson, Farrah Fawcett y Jaclyn Smith alegraban y a la par tenían en vilo a la audiencia, a los telespectadores, todos los sábados noche.

Probar suerte en el séptimo arte

Abandonó la serie, en efecto, y probó suerte en el séptimo arte, en el mundo cinematográfico. Pero no cosechó los éxitos esperados. De modo que, de manera intermitente, intercaló la gran pantalla y la televisión, donde obtuvo tres candidaturas a los premios Emmy y optó seis veces a un Globo de Oro. Cabe constatar que sus  trabajos como modelo publicitaria la convirtieron también en todo un icono de belleza en la década de los 70.

Poseía una sensibilidad especial. ¿Quién fue su amor, su gran amor? Sin duda su compañero de profesión Ryan O'Neal, protagonista de 'Love story'. Fueron pareja gran parte de su vida, con un enamoramiento por bandera fuera de toda duda, aunque ella había estado casada con anterioridad con Lee Majors, muy popular por su papel estelar de Steve Austin en la serie 'The Six Million Dollar Man'.

Bonita relación

Desde 1979 mantuvieron una relación que bien podríamos denominar como intermitente, que se consolidó durante los últimos años. Fruto de esta bonita y pasional relación nació su hijo Redmond.

Cabe recordar que O'Neal se mantuvo inseparablemente junto a la actriz hasta el último momento, después de detectársele el cáncer en 2006. "Se ha ido. Ella ahora pertenece a la historia. Está con su madre y su hermana y su dios. La amaba con todo mi corazón. La echaré muchísimo de menos", confesó abiertamente el actor tras su fallecimiento. Pese a que se habían prometido casarse después de tantos años, el trágico -muy trágico- fallecimiento de la intérprete texana se lo impidió.

Doce años sin el ángel más bello de la historia de la televisión