jueves. 28.03.2024
Mila Ximenez
Mila Ximenez

Mila Ximénez es un animal televisivo. Da juego hasta en sus más fugaces silencios. No habla por hablar. Jamás lo hace. No dispara a tontas y a ciegas. No interviene sin currarse su intervención. Suma la experiencia personal, que no es feble. Ella es veterana en las lides televisivas.

Se siente como pez en el agua en un plató televisivo. Como Pedro por su casa. Como una mirada dulce -de mujer bienhadada- con el puñal de la crítica más afilada entre los dientes. Cuando zarpa su dardo a veces la puntería se convierte en venablo. Cuando muestra la musculatura de su análisis, entonces tiemblan hasta los focos.

La fina ironía

Mila no es políticamente correcta. No es frágil de entendederas. No es alicorta de verbo. Cuando expone, fundamenta. Cuando fundamenta, demuestra. Cuando demuestra, acalla cualquier versión contraria. Además usa y no abusa (de) la fina ironía, que es herramienta de tertulianas inteligentes.

Mila Ximénez no es enfant terrible para la pantalla plana. Ni tampoco mujer fatal para compañeros y allegados. Su silla es insustituible en ‘Sálvame’. Tiene una voz que da más regate en la televisión que en las ondas radiofónicas. Porque Mila es dueña de una virtud que no todos/as poseen: la telegenia.

Mila Ximénez, Guerrera sin antifaz

Es una sentimental con armadura de guerrera sin antifaz. Una jabata de la frase en corto que enciende con mecheros de actualidad. No es la vaca sagrada del grupo de contertulios de la sobremesa de Telecinco pero sí quizá quien posee más vista de lince. A veces parece una mestiza del periodismo color rosa.

Mila Ximénez

No se casa con nadie, ni siquiera con su propia identidad. Llora cuando la sensibilidad se le desborda como una gaseosa agitada. La suya no es una burbuja de ufanía personalizada, sino la maña de la experiencia. Como Neruda, ella también puede confesar que ha vivido. Su piel se arruga a ratos y se tersa en el ínterin.

Tiene los ojos de chica guapa que retiene cuanto tuvo. La belleza es una provisión genética. No es vocinglera aunque hable por los codos. Proyecta la voz como un zumbido de verdades desnudas.

Nada ha sido un camino de rosas en su devenir personal y profesional. Ha sufrido tanto como disfrutado. Suele ramonear las hojas incipientes de aquellas primicias que huelen a anticipo. A anticipo dela noticia.

Continuar con su tratamiento

Ahora la dentellada de la enfermedad ha querido aliarse con ella. Pero a Mila ese convenio no le interesa. Y está dándole duro a la fuerza física para expulsar este intrusismo repentino. Llaman cáncer a la batalla que bien está librando nuestra protagonista. Ella ahora no acude al programa porque ha decidido -lo hizo hace unas semanas- continuar a fondo con su tratamiento.

Luchar con todas sus fuerzas contra el enredo de la enfermedad. Ella se inscribió hace tiempo en las andadas de la salud más robusta. Y si para mantenerse de tal guisa ha de envolverse de un signo de valentía, dicho y hecho. Su hija Alba Santana está siendo crucial en esta travesía que no precisamente se desarrolla en ningún desierto.

La colaboradora de televisión está más arropada que nunca. Jamás estuvo sola. Sus hermanos tampoco se separan de ella. No lo hacen ni un segundo. Va en volandas hacia la meta de la curación. Mila es una excelente corredora de fondo.

Jorge Javier Vázquez ha interrumpido la emisión de ‘Sálvame’ para, como Dios manda, tener unas palabras de ánimo para la compañera. Y para anunciar que pronto estará de vuelta. Para Mila es esencial el trabajo. Como oxigenación, como flujo de normalidad y como vía de escape.

“Mila está muy animada y con mucho ánimo. Me ha hecho muy feliz hablar con ella. Está con ganas, se lo he notado en la voz. Dice Alberto que pronto la tendremos aquí. Ojalá porque la echamos de menos”. Luz, amanecer, amanecida, en el estado de salud de la colaboradora. “Por Alba lucharé sin tregua”, ha confirmado Mila Ximénez.

Emotivo mensaje de ‘Sálvame’ a Mila Ximénez: “La echamos de menos”