jueves. 25.04.2024
Lola Índigo
Lola Índigo

El pasado lunes 19 de abril fue la tercera emisión del programa The Dancer, en el que los jueces son Lola Índigo, Rafa Méndez y Miguel Ángel Muñoz. El nuevo talent show de TVE tiene como objetivo visibilizar el baile en España, y para ello cada juez deberá formar su equipo y luchar para que alguno de sus concursantes sea el ganador del programa. 

The Dancer

El concurso de baile está funcionando mejor de lo que esperaban, pero es que teniendo a ese jurado todo es mucho más fácil. El jurado cada vez se encuentra más cómodo y han hecho del plató su particular salón de casa. Desde su mesa, ellos cuentan sus experiencias, ríen e incluso lloran, al sentirse reflejados en muchos de los concursantes. 

Durante la última gala, pudimos ver como Miguel Ángel Muñoz se sorprendió ante la actuación de un joven "tik toker" que dejó a todos boquiabiertos con su coreografía. Una actuación que le trajo recuerdos: "Lo único que no necesitabas era quitarte la camiseta y te lo digo yo que hace 20 años hice un proyecto donde estaba más tiempo sin camiseta que con. Pero con el paso de los años lo he aprendido y sin embargo no tuve a nadie dándome el feedback que te estoy dando yo ahora", aconsejó al concursante. 

Lola Índigo y sus problemas con el físico

Pero sin duda, la historia que terminó por conmover a todo el público fue la de Lola Índigo. Al ver a una pequeña bailarina en el escenario, quiso que cumpliera su sueño por el que ella también luchó, y contó su experiencia en el mundo del baile: "A mí la danza me salvó", comenzó diciendo la granadina. 

"Yo era muy gordita y todos los niños me decían que cómo iba a ser bailarina. Sufrí mucho con eso, pero quería demostrar que podía hacer lo que me diera la gana. Fue el baile el que me ayudó a recuperar la autoestima", contó la cantante en el tercer programa de The Dancer

Hace solo unos meses, Lola Índigo hizo unas declaraciones sobre su físico, que terminaron de confirmar los problemas a los que tuvo que enfrentarse durante su infancia y adolescencia. “Pasé de ser la gordita del cole a matarme de hambre y quedarme en los huesos para que me cogieran en los castings”, confesó la artista. 

Aunque sigue habiendo comentarios sobre su aspecto y su físico, la granadina ha admitido que ya no le afectan. "Tengo espejos en casa y lo veo. Pero ya no me raya. Me siento bien y soy más feliz que antes, cuando tenía que estar pesando la comida”, comentó en una entrevista. 

En este sentido, también confesó que esa presión por su aspecto físico se ha transformado en responsabilidad porque “si hay una niña que se puede identificar con mi físico, siento que estoy haciendo algo bien. Yo soy una chica normal que hace deporte y que come bien”.

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