Paz Padilla ha dado más de un titular estas últimas semanas debido a la muestra de su inhabitual relación con la muerte. La gaditana fue invitada del programa 'Tu casa es la mía', que presenta y dirige Bertín Osborne. La presentadora se deshizo en canal e intentó explicar lo que relata en su libro 'El humor de mi vida', es decir, cómo lidió con los últimos días antes de la muerte de su marido Juan Vidal.
La humorista ha levantado con ello la atención mediática de toda España. El tema del que toda la prensa habla son sus apreciaciones o confesiones acerca de la naturaleza de las enfermedades y la controversia que con ello ha despertado en la opinión pública.
Y es que, no sólo ha confesado en varias plataformas cómo fue la muerte de su marido y cómo la afrontó, sino que no escatima en detalles sobre una filosofía en torno a integrar la muerte dentro de la normalización vital del ser humano, algo que en nuestro país, no suele verse con buenos ojos.
Su filosofía está afectando a sus proyectos laborales
Así Paz Padilla se encuentra en un proceso de introspección que le puede costar el trabajo. Abrazada a la biodescodificación, vincula males mortales con procesos emocionales, propios o ajenos o actitudes que pueden llegar a tener impacto sobre el perfecto funcionamiento de nuestros órganos.
Además de apoyar, refrendar y dar pábulo a una pseudociencia que provoca grandes conflictos en aquellos que la practican, Paz también se ha mostrado cercana a prácticas de magia negra llegando a confesar que quemó una muñeca que obtuvo de un viaje a África porque una vidente le aseguró que la enfermedad que acabó con la vida de su marido, Juan Vidal, era cuestión de brujería.
Y es que la presentadora debe encajar la decisión de Mediaset de no renovarla para la nueva temporada de 'Got Talent'. Los tabloides apuntan a que se debe a la mala relación que tiene con Risto Mejide.
Una sorprendente e inesperada decisión que ha dejado totalmente hundida a la gaditana que pierde una de sus principales fuentes de ingresos, según la revista Lecturas. No son buenos tiempos, pues esta es la gota que colma un vaso repleta de desencuentros profesionales que evidencian que su papel protagonista en la cadena de Fuencarral es cada vez más secundario.
