miércoles. 24.04.2024

¿Por qué falló en su estreno ’45 revoluciones’?

La nueva serie de Antena 3 tropieza con errores asfixiantes

Tampoco era necesario supeditar tan drásticamente el metraje al título de la teleserie. Nos plantamos delante de la pantalla con cierta despierta curiosidad. ’45 revoluciones’ prometía sesgos temáticos interesantes. Además del reflejo de una España que despertaba libertad y aperturismo bajo el sol caliente del desarrollismo de la década prodigiosa. La localización nos la prometía felices. Se trataba de una serie de estreno. De estreno español: lo que traducido resulta: el merecimiento al menos del beneficio de la duda.

’45 revoluciones’ ha contado con promociones en su justa medida, como debe ser. Sin prometer cansinamente estrenos a largo plazo. Y además depositando la previa de una sinopsis a cuentagotas. Como también debe ser. Sin descubrir cuanto la historia esconde. Años sesenta, un buen puñado de actores jóvenes y la industria musical como fondo. O como primera plana argumental. Lo dicho: un planteamiento interesante… Al menos de entrada.

Pero ’45 revoluciones’ decepcionó en su primer capítulo. Insistimos: parece que el rodaje está filmado en estricto honor del título de la serie. Los personajes se expresan a velocidad de infarto. Vocalizan como si hubiesen tragado el fogonazo de varios relámpagos. Incluso pisándose en el habla a veces, unos a otros, unas a otras, como si el reloj de la vida marchase con pies en polvorosa. Todo demasiado electrizante, a lomos de una quinta marcha también gestual que asfixia en el minuto uno.

En este sentido, y en paralelo, la cámara a su vez corre. Imprimiendo velocidad postiza allí donde la rapidez no tendría cabida. El montaje igualmente asume su propio sprint: la pantalla partida -tan del cine de Brian de Palma- nos hace acelerar nuestra mirada en tomas diferentes. Es cierto que los años sesenta fue etapa de cambios rápidos, pero… Cámara al hombro que nos coge de la mano. Sin mirar atrás.

El espectador, por lo tanto, no puede despistarse ni medio segundo. Si no, date por perdido. La historia es plana. No propone brillos colaterales. 1962: Guillermo Rojas es ejecutivo que quiere abrir su propio sello discográfico para lanzar a los jóvenes que están trayendo aires nuevos procedentes de fuera a la música; Maribel, secretaria de Golden Records con una creciente formación musical y unas aspiraciones mayores de las que podría parecer; y Robert, aspirante a estrella del rock -a medias tímido, a medias rebelde sin causa- que busca una oportunidad saltando como espontáneo en una de las Mantinales del Price. Poco más…

Incidimos: a más inri la velocidad de los diálogos resta interés a la narración de los hechos. No existen tramas secundarias. La industria musical sí abre un campo de perspectivas argumentales hasta la presente no del todo suficientemente abordadas. ¿Se ha perdido una oportunidad de oro en este sentido? La respuesta recae sobre la responsabilidad rítmica del segundo capítulo. Antena 3 no suele fallar tan a las primeras de cambio.

¿Por qué falló en su estreno ’45 revoluciones’?