viernes. 22.09.2023
Dani Rovira y Clara Lago
Dani Rovira y Clara Lago

Las relaciones de pareja tienen su conque. Esto bien lo sabe Dani Rovira. Cuentan los expertos que existen cinco factores que predicen el éxito de las relaciones de pareja... ¡y por qué el amor no es uno de ellos! Curiosa paradoja ésta. Siempre se ha dicho que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Y este enunciado no deja de ser un simple juego de palabras. Los científicos siguen, erre que erre -y hacen bien-, investigando sobre el quid de la felicidad.

Hay contextos beneficiadores. Por ejemplo la convicción de que la otra parte, la media naranja, está comprometida con la relación. Influye asimismo el nivel de gratitud y reconocimiento. Y asimismo la satisfacción sexual. Todo es un conglomerado de sumandos decisivos. Las relaciones de pareja no responden a una tesis única. Forma parte de una amalgama conductuales que obedecen siempre a un estudio serio, riguroso.

Ideas abstractas

Según el profesor de Psicología de la Universidad de California (EE.UU.) Paul W. Eastwick, “los predictores individuales tienen que ver con lo que uno piensa sobre sí mismo y, en principio, son independientes a cualquier relación; por ejemplo, eso que acostumbramos a llamar personalidad o las ideas abstractas que uno puede tener sobre cómo le gustaría que fuera su pareja romántica”.

Las relaciones de pareja van sobre ruedas o pueden enroscarse según quiénes, cómo, cuándo, dónde y por qué. Óscar Wilde dejó dicho que a amarse a uno mismo es el secreto del romance para toda la vida. Esta fórmula no es aplicable ni es extensible, claro está, al amor en pareja. En el amor en pareja se conoce el principio pero no se puede predecir el final.

Minar la relación

Al decir de Patricia Ramírez -psicóloga y coautora del libro ‘Diez maneras de cargarte tu relación en pareja’ (Grijalbo 2020)-, “a veces la pareja adolece de pequeños problemas que vamos desatendiendo pensando que se arreglarán solos o que no son lo suficientemente importantes. Y esas pequeñeces van minando la relación hasta convertirla en algo insoportable”. De ahí que sea prácticamente condición sine qua non reparar pronto aquello que pudiera molestar.

Así podemos constatar lo siguiente: a) creer en las artes adivinatorias del otro, b) mirarse el ombligo, c) no ser claro en lo que nos gusta, d) la dejadez como forma de vida, e) olvidarse de los límites, f) eludir la comunicación, g) intentar controlar al otro… Nunca hay un gran razón para, por ejemplo, mirar el WhatsApp, el correo electrónico o saber o querer saber dónde se encuentra tu pareja en un momento determinado. Estos intrusismos se producen por celos patológicos. Y nunca ha de olvidarse que los celos, la desconfianza, el exceso de control son ingredientes de poco o ningún sabor que suelen estropear la relación.

Fuente de problemas

Por lo común una pareja rota es una fuente de problemas. Generalmente, en estos casos, la relación acaba como el rosario de la aurora y la comunicación finaliza para los restos. No sin antes permanecer un intervalo con trastos que se tiran a la cabeza del ahora adversario. Si la pareja rota es famosa, entonces la marimorena se hace comidilla del procomún. Baste por ejemplo, la tragicomedia actualísima de Rociíto y Antonio David Flores y su intercambio de zascas tanto dialécticos como judiciales.

Otras rupturas amorosas sí son ejemplares. Verbigracia la de Dani Rovira y Clara Lago. Han roto como pareja sentimental pero el amor no ha menguado entre ellos, tan solo lo han reconducido de otro modo. Eso es ser inteligentes y adecuarse con grandeza al amor de otra manera que ahora se siguen profesando. Propios de personas excelentes. Ellos mismos no se consideran ex porque el amor y la admiración no se evaporaron. Únicamente que ahora están canalizados de otro modo. ¡Chapeau!

La ruptura de Dani Rovira y Clara Lago es tremendamente ejemplar