sábado. 20.04.2024
Bertín Osborne y Claudia Ortiz
Bertín Osborne y Claudia Ortiz

Bertín Osborne tiene tres hijas como tres soles. Educadas. Bellísimas. Independientes y familiares a la misma vez. Empáticas. Simpáticas. Llenas de vida. Rebosantes de un carácter risueño. Jamás ufanas. Discretas como ellas mismas. Atentas en un despliegue de elegancia personal que a las tres caracteriza.

La más desconocida es la benjamina, Claudia Ortiz. Claudia es hija del cantante y de la fallecida Sandra Domecq Williams. Claudia es humilde. No alardea de nada. No busca la fama de cartón piedra. No anhela ninguna clase de pódium mediático. No es amiga de los focos ni del epicentro del famoseo de andar por casa.  

Claudia nació en 1989. Ya entonces sus padres se encontraban en pleno divorcio. Sandra y Bertín se conocían de muchos años atrás. Concretamente en 1974. Apenas tenían 20 años. Fue en 1977 cuando contrajeron matrimonio. Poco tiempo después tuvieron que enfrentarse a una amarga experiencia: la  muerte se su primer hijo, Christian, a escasas jornadas de su nacimiento.

Sería ya dos años más tarde cuando vinieran al mundo Alejandra y luego Eugenia. Claudia es una apasionada de la moda. No en balde estudió dos años de Diseño Gráfico en el Instituto Europeo de Diseño (IED) de Madrid y en 2009 iniciaba Derecho en la Universidad Complutense en la capital.

Máster en Estados Unidos

 

Cabe decir que al finalizar la carrera, en 2014, Claudia, hija de Bertín Osborne opta por marcharse a Estados Unidos para de este modo completar sus estudios con un máster en Derecho en la Boston University School. Ya en 2018 Claudia decide regresar a Madrid parte encontrar su gran vocación pues se apunta a la Escuela Europea de Coaching y allí obtenía el título del Programa de Coaching Ejecutivo ACTP.

“Siempre fui una niña despierta, inquieta, con ganas de vivir. Yo quería poder hacer y deshacer sin pedirle permiso a nadie, quería dejar de tener ataduras y sentirme libre para experimentar. Probablemente esta fuese la razón por la que tuve amoríos desde jovencita, también por la que me cambié tres veces de carrera y decidí vivir en el extranjero”, detalla la joven jerezana.

Ir y venir en busca de algo

 

“Toda mi vida he sentido que iba y venía en busca de algo. Algo mucho más grande que yo, que hiciese que todo lo que había vivido hasta el momento cobrase sentido de repente”, añade.

Hijas de Bertín Osborne

Por siempre alejada del runrún de la prensa del corazón, Claudia prefiere el yoga y la meditación, que practica desde hace varios años y que suele acompañar de kombucha (léase: una bebida a base de té fermentado de forma orgánica) y la vida ‘mística’.

Ha participado en Ubud, o sea en Bali, de la ‘cleansing ceremony’ (ceremonia de purificación) para limpiarse de malas energías. Este gratificante ritual consta de rezos, ofrendas y varios baños.

“Mientras estaba debajo de la catarata, sentía como la corriente de agua se llevaba consigo todo lo que residía en mí y ya no me servía, para inundarme después de apertura y paz. Fue espectacular”, comentaba en su perfil de Instagram. A mayor abundamiento, y para llegar al autoconocimiento pleno, también escribe un diario.

Claudia es una mujer completa. Una mujer que ha sabido encontrarse a sí misma. Una mujer total llena de saberes. Con ánimo de ayudar a los demás, de ayudar al prójimo. Sabe estar con los pies en el suelo y con la cabeza muy bien amueblada. Una gran ciudadana del mundo.

¿Cuál es la verdadera vocación de la hija menor de Bertín Osborne?