viernes. 29.03.2024

Jerez se hace hoy Jerusalén

Domingo de Ramos, la ciudad se dispone a dar lectura a su propio Evangelio según Jerez

Las tradiciones judaicas anunciaban que el Mesías, el día de su manifestación, no tendría otra cabalgadura que un pollino. Convencidos de que el que en esa forma cabalgaba era el Mesías prometido, el que iba a restaurar el reino de Israel, desde tanto tiempo subyugado por la dominación romana.

Locos de entusiasmo, despojábanse unos de sus capas y las extendían a lo largo del camino alfombrándolo para que Jesús pasara; otros cortaban ramas de olivo y cubrían con ellas el suelo.

El cortejo, a medida que se acercaba a Jerusalén, aumentaba considerablemente. Un murmullo delataba que el cortejo se acercaba y en un abrir y cerrar de ojos, bajo el umbral de la vieja cantería de entrada a la ciudad aparece una cruz en mano de un nazareno, tras ella largas filas de hermanos blanquicelestes con palmas y al fondo, entre nubes de incienso y sones de cornetas y tambores, la imagen del Señor montado sobre humilde burrita.

Hoy la ciudad se dispone a dar lectura a su propio Evangelio según Jerez. Lo hará desde el oratorio neogótico de la Escuela de San José cuando la lasaliana Hermandad de la Triunfal Entrada se ponga en la calle con todo su amplio cortejo de palmas para el Señor y de cirios para la Virgen de la Estrella. Una cofradía que estrena una nueva imagen secundaria para el paso de misterio y que tendrá uno de los momentos estelares de su recorrido en la subida de la calle Limones y su posterior transitar por delante de la basílica del Carmen.

Este Evangelio jerezano se hará presente en las negaciones y lágrimas de San Pedro ante Nuestro Padre Jesús de la Pasión que, por segundo año, saldrá de su centro pastoral de Santa Ángela de la Cruz, un pequeño y funcional templo que condensa todo el amor de unos cofrades y de todo un moderno espacio urbano que vive con entrega e ilusión la salida de su cofradía. Cofradía de largo recorrido que estrena también figura secundaria para su misterio y que anhela en fecha no lejana poder ver iluminado su barrio con el rostro hermoso de la Angustia de María bajo palio.

Y veremos también el mayor desprecio que sufrió el Redentor de cautivos, el desprecio de Herodes a Jesús, fuente de Consuelo. Cofradía que tiene su sede en un templo mercedario, historia viva de la ciudad y cofre de devociones patronales. Un templo gótico que custodia una orden que este año cumple ocho siglos de existencia y que está muy unida desde sus comienzos a nuestra ciudad. La cofradía del gremio del transporte llena de blancura mercedaria de la ciudad y presenta novedades tanto en su paso de misterio como en el palio fruto de la genialidad de su mayordomo José Carlos Gutiérrez.

Desde la Albarizuela se nos abrirá otro pasaje terrible del Evangelio, representado en la Hermandad de Coronación de Espinas.  Será la cofradía de la antigua capilla de los Desamparados, la que en el siglo XVII levantara la familia Villacreces, quien lleve ese gran paso de misterio del Señor de la Coronación de Espinas por las calles de Jerez derramando bendiciones, lo hará con un cortejo con empaque que estrena banderas bordadas por Ildefonso Jiménez y que cerrará el magnífico trono hecho paso de palio de la Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción que resplandecerá aún más en su serena belleza tras la reciente restauración del taller de “S&S Restauraciones.”

La narración del Evangelio según Jerez de este Domingo de Ramos nos hace presente el perdón de Cristo en un Crucificado que rompe moldes y que nos llega desde la pintoresca ermita de Guía, aquella capilla de San Isidro Labrador que se construyera en 1670, posteriormente abandonada y felizmente recuperada por la cofradía. Cofradía del Perdón que este año presenta un paso de misterio en el que ha sido sustituido sus tradicionales hachones por airosos candelabros así como la culminación del apostolado que enriquecen unas andas que fueron talladas por el artista Antonio Martín .

Cierra esta lectura evangélica la Antigua y Venerable Hermandad de las Angustias, la de los Siete Cuchillos, la del antiguo humilladero del siglo XVI, la del apoteosis de los Siete Dolores de la Virgen. Cofradía hierática y penitencial, de admirable cortejo que cada año pone en la calle el contrapunto de una jornada que se abre alegre entre palmas y olivos y cierra su lectura con la transcendente página de un Hijo muerto en brazos de una Madre para salvar al mundo.

Esta es la grandiosa aportación de las Hermandades que, desafiando el tiempo y el espacio, hacen, año tras año, que aquella triunfal entrada no quede en el olvido, que las puertas de muchas ciudades del mundo se sigan abriendo, cada Domingo de Ramos a una nueva Semana Santa, al mensaje del amor entre los hombres que proclama el Evangelio.

Jerez se hace hoy Jerusalén