sábado. 20.04.2024
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La plaza de Santiago, poco antes de la salida de Ecce-Mater-Tua.

La lluvia termina de estropear un Viernes Santo marcado por el viento

La hermandad de Expiración decidió refugiar a sus pasos en la Catedral y retornará a Santa María por el camino más corto

Al igual que ocurriera con el Domingo de Ramos, este Viernes Santo venía marcado por la incertidumbre meteorológica. Los pronósticos lo adelantaban hace algunas semanas, que situaban a estos días como los más conflictivos, y finalmente la realidad acabó de darle a la razón a los partes.

Todo ello avalado porque ya llovió por la mañana confirmando las previsiones y llenando de argumentos a los cofrades del Perdón que decidieron dejar sus pasos en la Catedral Vieja a la espera del regreso de hoy sábado.

Los hermanos mayores, reunidos en la calle Cobos.

La primera decisión que se tomó fue citar a los hermanos mayores a las dos y media de la tarde en la sede del Consejo. Al igual que ocurrió el jueves se manifestó la intención de salir, aunque, siempre revisando las novedades de última hora para descartar cualquier posible desagradable sorpresa.

A las 18:15 horas, con puntualidad según el horario previsto, Siete Palabras y Expiración colocaban sus cruces de guía en la puerta de la Merced y Santa María, respectivamente. Buena Muerte haría lo propio, posteriormente, poco antes de las 21:30 horas.

Echaba a andar un Viernes Santo en el que de la preocupación por la posible lluvia se pasó a la realidad del viento, un inconveniente que, hasta el momento, no había mostrado toda la fuerza y contrariedad que suele ocasionar cuando aparece por estas latitudes.

Esa intensidad acabó desluciendo marcando la jornada y obligó a tomar decisiones a todas las corporaciones. De esta manera, Expiración apostó por dejar a los pasos en el interior de la Catedral y regresará en la mañana de hoy sábado, día 31 de marzo, a partir de la diez y media, por el camino más corto a Santa María. Siete Palabras optó por el paso horquilla desde la Catedral pero no pudo evitar toparse con la lluvia cuando ya se encontraba de recogida. A Buena Muerte, el contratiempo le sorprendió cuando ya había decidido recortar su itinerario de vuelta y tomar por Valverde y Beato Diego, en lugar de hacerlo por Ancha, San José, plaza de Mina y Tinte para llegar hasta Rosario como tenía previsto.

La determinación más sorprendente llegó de la mano de la Sección de Penitencia de las Congregaciones Marianas de Ecce-Mater-Tua Pese a que a la una de la madrugada, momento estimado para la salida, la lluvia comenzaba a arreciar, el cortejo avanzó camino de la calle Santiago y la Dolorosa se encaminaba a cumplimentar su salida procesional. Finalmente, se impuso el sentido común y regresó apresuradamente a su templo tras recorrer pocos metros.

La plaza de San Juan de Dios, atestada de público.

Asimismo, la jornada confirmó también lo que viene siendo una tónica habitual en esta Semana Santa. La multitud volvió a tomar la calle en una nueva y enésima muestra del enorme tirón que los desfiles procesionales tienen en esta ciudad, más allá de lo que los derrotistas, procedentes de todos los ámbitos y sectores, quieran tratar de argumentar.

Eso sí, el Viernes Santo se ha quedado como una jornada muy deslucida con tan solo cinco pasos en la calle, algo inexplicable cuando se trata del día marcado en la Pasión y Muerte del Señor. Se atisban cambios para el futuro, novedades que pueden bajar desde la parroquia de San Lorenzo.

Siete Palabras, a paso horquilla por la calle Pelota.

Siete Palabras

Encomiable la labor que está realizando la nueva junta de gobierno encabezada por Manuel García Sánchez. La corporación penitencial, humilde como pocas, continúa dando importantes pasos hacia adelante. El estreno de la nueva crestería es una buena demostración de que crece mucho y bien.

Más difícil resulta aún cuando se comprueba que su cortejo es uno de los menos nutridos de nuestra Semana Santa. Eso otorga un mayor mérito a la gran labor que están desarrollando sus gestores, una tarea que no solo se circunscribe a la Semana Santa, sino que se extiende también a otros campos.

A las seis y cuarto se abren las puertas de la Merced y las primeras secciones comienzan a pedir paso entre el numeroso público concentrado en el lugar frente a la iglesia. Poco después, Francisco Molina dirige una maniobra de salida llena de dificultades y detalles pero resuelta de manera más que eficiente por su grupo humano.

A las siete menos cuarto de la tarde inicia sus primeros pasos acompañada por 'Siete Palabras', la adecuada composición elegida para el momento por la Banda de Cornetas y Tambores Soberano Poder, de Alcalá de Guadaira, formación que se estrenaba en estas lides.

El misterio de las Siete Palabras, de espaldas.

De todo el recorrido llamó la atención su tránsito por la calle Compañía. La estrechez de la calle y las grandes dimensiones del paso de misterio obligaron a un sobreesfuerzo a la cuadrilla de cargadores tan vinculada con la cofradía.

Pasada la una de la madrugada, el cortejo ponía rumbo a la plaza de las Canastas para recogerse con cierto adelanto en relación al horario previsto. La fuerza del viento obligó a recurrir al paso horquilla desde la Catedral hasta la recogida en la Merced, lugar donde fue sorprendida por las primeras gotas, mientras la cuadrilla realizaba la maniobra de entrada.

Estampa inédita del Cristo de la Expiración por Canalejas.

Expiración

Los cofrades de Expiración están hechos de otra pasta. Por eso tienen una capacidad especial para sobreponerse a todas las adversidades. Y es que son muchos los contratiempos que llevan sufridos en estos años: la muerte de Manolo Montero, la fractura de la anterior junta de gobierno o el hecho de tener que abandonar su sede canónica.

A ello se unía las pasadas fiestas navideñas, el repentino fallecimiento del que fuera su capataz Francisco Vázquez. Su figura y su recuerdo estuvieron muy presentes en el instante mágico de la salida. Tanto es así que los primeros tramos no estuvieron acompañados de acompañamiento musical, un homenaje similar al que se realizó en su día al referido Manolo Montero camino de la calle San Rafael con el paso de palio. Posteriormente, sonaría 'Saeta', antes de buscar el Campo del Sur.

Previamente, su sustituto Juan Manuel Díaz, arengaba a sus hombres con una consigna clara: "Siempre de frente, adelante y arriba, siempre arriba. Hoy tenemos que darlo todo por los dos compañeros tan entrañables que se nos han marchado". Su gente respondió al llamamiento con disposición y la maniobra de salida resultó ejemplar pese a las dificultades que encierra el paso. Entre los emocionados ayudantes, Manuel Vázquez, hermano del capataz fallecido.

La Virgen de la Victoria, por el campo del Sur.

Dentro de la iglesia conventual de Santa María, José Antonio Moreno, dirige a los suyos con la tranquilidad que le caracteriza. La experiencia es un grado. Media hora después que su hijo, la Madre ya está en la calle. El pregonero de la Semana Santa 2016, Jesús Devesa, muy vinculado a la corporación penitencial, fue el encargado de ordenar la primera levantá antes de que el paso iniciase su caminar con los sones de 'Victoria'.

Los pasos de la Expiración, refugiados en Catedral.

Una vez llegado el cortejo a la Catedral, se tomó la decisión de consultar los partes y, poco minutos después, la propia hermandad enviaba un comunicado a través de las redes sociales en el que confirmaba que dejaba los pasos en la Catedral. Pasada una hora se hacía público que regresarán en la mañana de hoy sábado, a partir de las 10:30 horas a Santa María, por el camino más corto y sin acompañamiento musical.

El Santísimo Cristo de la Buena Muerte, en el interior de la Catedral.

Buena Muerte

Rigor penitencial y luto para despedir la noche del Viernes Santo. Como suele ocurrir tradicionalmente en la plaza de San Agustín no cabe un alfiler. Se apagan las luces y el bullicio deja paso a lo que único que debe presidir una salida procesional de estas características: el silencio.

La nueva disposición de la carrera oficial obligaba a la austera corporación de negro a adelantar su horario de salida a las 21:20 horas, muy cerca del atardecer, aunque eso sí, los rayos del sol ya se habían ocultado para no enturbiar el momento.

Su cortejo no entiende de crisis y volvió a configurarse como uno de los más numerosos de la Semana Santa. Hermanos con seriedad y compostura y no solo dentro del cortejo, sino en los momentos antes de la llegada a la iglesia y, posteriormente, de camino a casa.

Pablo Lacave y Joaquín Cortés dirigen las maniobras de salida antes de que ambos pasos se encuentren con la sobrecogida muchedumbre. Desde un primer momento, consigna de aligerar en lo posible el paso porque la amenaza de lluvia no terminaba de desaparecer. Además, la noche estaba realmente fea.

El recorrido dispuesto dejó estampas inéditas como el paso del desfile por la calle Nueva, la plaza de San Juan de Dios o la calle Pelota, lugares por los que nunca suele pasar, ya que su itinerario habitual contempla Cristóbal Colón y Cobos. Al igual que Humildad y Paciencia, esta cofradía es la menos afectada por el nuevo proyecto de carrera oficial.

La Virgen del Mayor Dolor, por la calle Santiago.

Alrededor de la una y media de la mañana, con cierto adelanto, la Virgen del Mayor Dolor llegaba a la plaza de San Agustín. El Viernes Santo comenzaba a vivir su epílogo, un final marcado por la presencia del viento que obligó al cortejo a tomar por Valverde y Beato Diego pero que no pudo esquivar la presencia del líquido elemento.

Insignia cubierta del cortejo de Ecce-Mater-Tua.

Ecce-Mater-Tua

El dolor de una madre no encuentra mejor reflejo en Cádiz que el que aporta la Sección de Penitencia de las Congregaciones Marianas de Ecce-Mater-Tua, la bella y sencilla imagen que protagoniza en solitario la Madrugada del Sábado Santo en la Semana Santa de la capital.

Poco después de la una de la madrugada abandonaba su iglesia de Santiago para seguir su recorrido habitual. La Congregación, ajena a las limitaciones horarias del Consejo y a la nueva carrera oficial proyectaba, optaba por mantener el itinerario clásico de los últimos años.

Son apenas tres horas en la calle en la que cualquier punto se convierte en lugar reservado para la oración y el rezo. Las calle Mendizábal o Manzanares se convierten en lugares inéditos por los que no transita ninguna hermandad en su recorrido procesional.

Sin embargo, la lluvia sorprendió al cortejo cuando se encontraba enfilando la calle Santiago. En un primer momento, se optó por cubrir las insignias con unos plásticos y desafiar al líquido elemento, pese a que los partes en ese momento eran poco halagüeños.

Finalmente, sus rectores decidieron dar marcha atrás y la Dolorosa quedó situada en la puerta de su templo para la veneración del buen número de fieles que todavía se encontraba por las inmediaciones pese a la noche tan desagradable. Triste epílogo para un Viernes Santo claramente marcado por la meteorología.]]>

La lluvia termina de estropear un Viernes Santo marcado por el viento