jueves. 28.03.2024

Cada Martes Santo resucita el viejo Jerez

La historia de la ciudad se hace presente en las cinco cofradías de la jornada

Hubo un tiempo que en el Martes Santo jerezano solo había una cofradía, la del barrio de San Mateo, corazón del Jerez medieval, de ese Jerez que se nos cae por el abandono de todos, de ese Jerez que un día fuera el centro neurálgico de la población y que en la actualidad sobrevive a la espera de mejores tiempos. San Mateo despierta cada Martes Santo a los sones de la Agrupación Musical “La Sentencia” que acompaña  al Señor de las Penas desde que la cofradía emprende camino al centro. El templo de San Mateo es quizás el más antiguo de Jerez y está enclavado en un barrio que fuese hasta el siglo XVI el más noble y de mayor pujanza de la ciudad, hoy despoblado y pidiendo a gritos una mayor atención.

Martes Santo 2017 - Semana Santa Jerez - Juan Carlos Corchado

La popular cofradía de los “Judíos de San Mateo” con todo su amplio cortejo de nazarenos rojinegros y sus dos notables pasos, el del Señor de las Penas, felizmente restaurado y el de la Virgen del Desconsuelo, una de las grandes joyas de la Semana Santa jerezana, no será la única que aporte reminiscencias históricas a la jornada.  De su recoleta capilla, diseñada hace unos años por el profesor Fernández Lira, hará su salida la Hermandad del Cristo del Amor, creada en la fronteriza iglesia de San Juan de los Caballeros, templo también de la época Alfonsí donde se escribieron páginas gloriosas de la historia local. La cofradía saca su cortejo de nazarenos del cercano monasterio de Santa María Gracia, uno de los cenobios más antiguos de la ciudad, y tiene la singularidad de poner en la calle dos pasos de misterio de reciente ejecución y de gran prestancia.

Otro convento antiguo en su llegada a nuestra ciudad pero de moderna construcción en su templo y dependencias es el de capuchinos y servirá de marco para la salida de la cofradía de la Defensión, la de del Cristo que vino por el Guadalete y llegara al Monasterio de la Cartuja de Santa María de la Defensión, la del carácter castrense, la de la presencia activa en la Compañía de María, la de los detalles cuidados al máximo y la de la Virgen guapa de la O. La calle Gaitán volverá a ser un reencuentro con la solemnidad, la exquisitez y el recogimiento.

En la plaza de las Angustias existe un precioso compás que sirve de acceso a un antiguo templo Trinitario, convento fundado en 1570 y clausurado tras la Desamortización de 1835. Templo que hoy cuidan las religiosas Esclavas y que es sede de la cofradía de la Humildad y Paciencia, corporación heredera de la primitiva Hermandad de San Antón y que este año volverá a cruzar ese hermoso atrio para mostrar a los jerezanos y visitantes una cofradía de corte antiguo que estrena este año ángeles dolientes y la terminación del tallado delantero y trasero del canasto del paso.

Y la nota de modernidad nos la trae la cofradía de la Clemencia. Viene de un polígono lleno de bloques de los nuevos tiempos pero con un nombre que nos une también a los anales históricos de la ciudad: San Benito, en recuerdo de aquella ermita y hospital que desde 1584 atendió la Orden de San Benito. La Hermandad de San Benito nos volverá a deleitar con su impronta de cofradía que sabe lo que hace, cofradía de barrio y con estilo propio que este año, además, presenta los respiraderos del paso de palio ya terminados realzando aún más la belleza de ese trono que sus cofrades le regalaron el pasado año a su Madre de Salud y Esperanza y con Ella a todo Jerez.

Virgen de Salud y Esperanza, una nueva gloria para el Martes Santo; un nuevo hito conseguido el pasado año, en el que por providencia divina, los tiempos de la historia de nuestra Semana Santa, se quiebran en el alumbramiento feliz de una nueva época y de nuevos modos, sobre la base de la rica herencia de la historia.

Martes, por tanto, de reminiscencias históricas pero actuales y pujante como las cofradías que en esta jornada se ponen en la calle.

Cada Martes Santo resucita el viejo Jerez