viernes. 29.03.2024

La noticia ha caído como un jarro de agua fría en toda Andalucía. Más concretamente en todo el orbe cofradiero de este sur del Sur. Ha fallecido Luis León, el legendario -y ya, más que legendario, mítico- capataz del paso de palio de la Esperanza Macarena que tanto predicamento y tanta enseñanza depositara no sólo Sevilla intramuros sino allende las fronteras de la Muy Mariana Ciudad y capital andaluza, que lo es de contrastes, de dualidades, de bies, de ríos por cuenta de Heráclito, y de puentes que trianean en la verticalidad de un Cristo expirante.

Ha muerto Luis León, el hombre de fe, el cristiano que jamás hizo de su capa un sayo, y que valoró en su magnitud -en su entera dimensión (sobrenatural)- qué significaba ser capataz de la Macarena, amén el privilegio de la atemporalidad y de poder ver el rostro de la Madre de Dios durante toda una Madrugada Santa. Entendía que había nacido para comandar la cuadrilla de la Macarena y que todo lo demás en su vida era secundario. Todo lo demás pasaba a segundo orden.

Fue tan pasional, tan sentimental, tan servicial, tan de carpe diem, tan emocional que creó escuela de autenticidad cofradiera, en tanto era referencia para los cofrades de Andalucía a propósito del amor por una Imagen, por una Hermandad, por un compromiso, por un destino, por una constancia, por un hálito de tenacidad, por una renovación que sumaba años, por una misión -la de cada cual en su existencia terrenal- que abrazaba con temblores de impaciencia.

Cuadrilla de hermanos costaleros

Luis León era la voz. La voz delante de un paso. Comandó los pasos de la Macarena y del Cristo del Amor. Durante décadas. En la Hermandad del Cristo del Amor fue creador de la cuadrilla de hermanos costaleros. Y, como queda dicho, su capataz desde 1976 hasta 2001. De la Esperanza Macarena fue capataz nada más y nada menos que durante 25 años.

Nació en Sevilla en el año 1939. Como cofrade siempre se le conoció y reconoció como del Cristo del Amor y de la Esperanza Macarena. Su andadura como costalero tuvo comienzo en el paso de misterio de la Borriquita. Con su Esperanza vivió acontecimientos extraordinarios de gran calado, como por ejemplo, en 1989, el XXV Aniversario de la Coronación Canónica y, en 1995, la conmemoración del IV centenario fundacional.

Cabe constatar, como detalle curioso, que, en 2001, en los XIV Premios Demófilo que concede la Fundación Machado, Luis León recibió el Premio especial del jurado por su labor como capataz. En la Cuaresma del año 2019 el Ayuntamiento, en una iniciativa aplaudida por la ciudad de Sevilla, le dedicó una calle con su nombre junto a la iglesia del Salvador. Era dueño de una personalidad arrolladora. Muy recordadas fueron algunas de sus frases dedicadas a los costaleros. Ya ahora disfruta de la presencia de su Virgen del cielo, de su Esperanza Macarena.

Muere Luis León, legendario capataz de la Macarena