Sevilla ya solo vive pensando en la Semana Santa de 2022, más concretamente en el retorno de unos desfiles procesionales que volverán a las calles después de dos años de ausencia por la terrible pandemia asociada al Coronavirus. Y un primer aperitivo se ha vivido con el vía-crucis del Señor de la Sentencia.
La emergencia sanitaria ha dejado paso a la ilusión desbordada, al ansía por ver pasos en la calle. Los actos se multiplican. El entorno de la Basílica de la Macarena ha sido uno de los epicentros de fieles este viernes día 4 de marzo. Satisfacción y devoción a partes iguales con el rezo de las estaciones alrededor de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia.
Desde las siete de la tarde, la imagen se reencontró con sus fieles después de mucho tiempo de ausencia para recorrer las principales calles de la feligresía. Es un gran anticipo de todo lo más grande que está todavía por venir hasta el Domingo de Resurrección.
Vía-crucis del Señor de la Sentencia
Una vez desalojada la Basílica, se llevaba a cabo la organización del cortejo y, minutos después, el Señor salía a la calle para reencontrarse con una multitud de devotos que esperaban un momento que se ha llevado retrasando demasiado tiempo.
La entrada tuvo lugar a la hora prevista, concretamente a las diez y cuarto de la noche y las estaciones se rezaron en los siguientes puntos del itinerario: primera estación, en el altar mayor de la Basílica por parte de la junta de gobierno; la segunda, en el atrio, por los diputados; la tercera, en la esquina de la calle Muro, por la banda de la Centuria; la cuarta, en la calle Bécquer por los armaos; la quinta, en la calle Parras por la juventud y los acólitos y la sexta, en la plaza de San Gil.
Asimismo, la séptima se rezará en la calle Pozo por los lectores, los fotógrafos de la hermandad, los voluntarios del archivo y los penitentes; la octava, en la plaza del Pumarejo por los hermanos; la novena, en la calle Aniceto Sáenz; la décima en la calle Macarena, por los costaleros de la Virgen; la undécima, en la muralla; la duodécima, en la esquina con la calle Patricio Sáenz, por los costaleros del Cristo; la decimotercera, en el Arco; la decimocuarta, en la plaza de la Esperanza Macarena, por los voluntarios de las hachetas y las cruces, y la oración final, en el altar mayor de nuevo.
