jueves. 28.03.2024

Un Corpus improvisado y manifiestamente mejorable

La histórica efemérides no encuentra el respaldo suficiente en una procesión con demasiadas lagunas y con apenas acompañamiento del público en sus inicios

Para callarle la boca a Monedero o tratar de acercar a la iglesia a los que no han encontrado el denominado por la curia "camino de Dios" hay que conseguir que las manifestaciones públicas de fe sean eso, públicas. Y el desangelado aspecto de la plaza de Fray Félix a las diez de la mañana no era el más idóneo para que pasara la Custodia. Tomen nota los que pueden arbitrar soluciones.

Daba la terrible impresión de que el Pontifical, previsto para las 09:30 horas, se estaba alargando más de la cuenta con la esperanza de que algo más de público se acercara hasta los aledaños de la Catedral Vieja.

Mientras en Santiago formaba el cortejo incluidas las imágenes del Dulce Nombre de Jesús y las reliquias de los patronos San Servando y San Germán. Afortunadamente, al final se consiguió que la Custodia saliera de Santa Cruz y así se evitó esta especie de 'Corpus Frankestein' (término tan de moda en estos días en este país), con tres lugares distintos de partida para los pasos.

La Custodia atraviesa el Arco de la Rosa.

En medio de una considerable improvisación, a las diez y veinte de la mañana, la Patrona abandonaba la Catedral Vieja con los sones de 'Esperanza Macarena' interpretados por la Banda de Música 'Maestro Dueñas' de El Puerto de Santa María. Seguidamente se incorporaba al cortejo formado en Santiago. Pocos minutos después era la Custodia la que se dirigía hacia el Arco de la Rosa para protagonizar una de las estampas insólitas de esta jornada 'histórica'.

Poco a poco, el público se fue incorporando para ofrecer calor a un cortejo cerrado por la exigua representación municipal en la que el candidato a la alcadía por el Partido Popular, Juan José Ortiz, portaba el pendón de la ciudad. El resto de las fuerzas políticas siguen sin estar ni se les espera.

Entre los puntos positivos del desfile, la agilidad de la procesión. Atrás han quedado esos tiempos en los que presenciarla se hacía interminable, especialmente para las personas mayores. Se ha dado con la carrera idónea que no se toca desde hace unos años. Ahora discurre más rápida y cuando la Custodia se encontraba en plena calle Santiago, el inicio de la cortejo llegaba a San Juan de Dios. En menos de una hora se pudo ver la procesión al completo.

Las hermandades volvieron a representar, una vez más, la cara y la cruz de la celebración. Positiva volvió a resultar su implicación en el desfile, sin embargo se echa en falta una mayor presencia en el apartado de altares, un aspecto que lejos de repuntar continúa en plena caída libre. Igualmente, sabiendo que su papel es clave, a ellas les corresponderá engrandecerlo todavía más.

A la una de la tarde, la plaza de la Catedral asistía al instante sagrado de la bendición, este año con la novedad que no se realizaba en la seo como es tradicional. La Custodia accedía al primer templo diocesano por la puerta de Arquitecto Acero y los patronos iniciaban su regreso hacia Santo Domingo.

Más multitudinario resultó el regreso de la Virgen del Rosario, elegantemente exornada, tras la imagen del Dulce Nombre de Jesús. De forma paralela, la imagen de Jesús del Milagro de la Sagrada Cena retornaba al convento con el novedoso acompañamiento de la Agrupación Musical La Clemencia de Jerez. Del mismo modo, la imagen del Beato Diego emprendía camino hacia la parroquia del Carmen en el paso de la Pastora de Trille.

La imagen del Beato Diego.

Se ponía así el epílogo a un Corpus histórico y presidido por la improvisación, una jornada que quizás no ha estado a la altura de la importancia de lo que se celebraba. Al margen de eso, que ya es inevitable porque no siempre se cumplen aniversarios, demasiadas lagunas a revisar para el futuro de una celebración que más que repuntar sobrevive. ¿O es posible que directamente a las nuevas generaciones ya no les interese?

Un Corpus improvisado y manifiestamente mejorable