sábado. 20.04.2024

¿Decepción o fracaso?

No hubo milagro porque el Cádiz ni siquiera fue capaz de ganar en El Molinón y volvió a caer derrotado frente a un equipo que no se jugaba nada

El Cádiz acabó la temporada de la peor manera posible. Tras el batacazo ante un Extremadura que no se jugaba nada, el guión casi que volvió a repetirse manera idéntica en El Molinón. Un gol del Sporting y la misma impotencia que el pasado martes. No hizo falta ni siquiera esperar a un tropiezo del Deportivo que tampoco llegó.

Había varios desenlaces para la última jornada pero el guión contemplaba de manera obligada la victoria cadista en El Molinón. Àlvaro Cervera cumplió lo adelantado en la previa e hizo cambios en el once titular: Marcos Mauro, José Mari, Querol y Jovanovic eran las novedades buscando cumplir ese primer paso.

Pero cuando las cosas no quieren salir no salen. El Cádiz intento jugarle al Sporting pero se encontró con que en el minuto 12 un tiro de Djurdjevic rechaczado por Cifuentes fue aprovechado por Nacho Méndez para poner el 1-0, algo que sentó como un auténtico jarro de agua fría.

Los amarillos fueron a intentar el empate por la vía rápida pero no lo lograrían en la priemra parte. Un tiro cruzado de Aketxe pegado al palo, un lanzamiento del vasco desde tres cuartos de campo y un saque de esquina directo del mismo protagonista no lo encontraron. Por el contrario, el 2-0 pudo llegar en un tiro de Nacho Méndez pegado al palo en el minuto 24 y un lanzamiento de Carmona dentro del área que detuvo Cifuentes. Para más dramatismo, justo en el pitido del descanso de Ocón Arráiz el videiomarcador de El Molinón anunciaba el gol del Dépor al Córdoba.

La segunda parte arrancaba con la aparición del trivote ya que dio entrada a Álex por Jovanovic. La reacción amarilla fue tímida con algunas aproximaciones con centros de Jairo que repelió Christian Joel. En el minuto 52 Salvi sustituyó a Aketxe buscando profundidad también por banda derecha, en ese momento se conoció el segundo gol deportivista. Y también pudo llegar el segundo del Sporting en un chut de Djurdjevic que repelió Cifuentes y un lanzamiento de Pablo Pérez por encima del larguero.

A punto de entrar en el último tercio de partido Lekic sustituyó a Kecojevic cambiando de nuevo el dibujo táctico, pero la demostración de juego continuó siendo de un querer pero no poder. Aproximaciones e internadas que quedaban en nada y un rival que buscaba la contra para ampliar su ventaja.

Por más que existía el deseo de cambiar el marcador el aspecto psicológico acabó quitando las ideas ante un resultado que era instrascendente tras lo conocido desde Riazor.

¿Decepción o fracaso?