No era el ambiente esperado para una jornada que se juega un sábado a las 16:00 horas. El Estadio La Rosaleda recibía al Málaga Club de Fútbol con demasiados asientos vacíos, para encarar una batalla ante el CD Leganés que no podía acabar de otra forma que no fuera con la victoria malaguista.
El frío de las temperaturas se contagiaba a las gradas y viceversa. Tan solo se escuchaban los cánticos del Fondo Sur y algunos pitos que recorrían el estadio. Los aficionados necesitaban que el equipo respondiera y, lejos de eso, lo único que se vio durante los primeros minutos fue un Málaga contra las cuerdas, aguantando las continuas llegadas del conjunto pepinero.
El examen de José Alberto
Mientras, en el banquillo malaguista, en pie, se encontraba el blanco de todas las miradas. En plena crisis entre club y afición, José Alberto López se sometía a una prueba de fuego en la que se esperaba que demostrara que él es la persona capaz de cambiar la situación del equipo.
Hubo que esperar hasta el minuto 28 para ver la ocasión más clara de los blanquiazules y que, con ella, el estadio se viniera arriba, aunque poco tardaría el Leganés en volver a dominar y someter al local. Tan solo el árbitro y sus decisiones eran capaces de hacer que la temperatura comenzara a subir en La Rosaleda.
Con poca reacción del Málaga y sin acierto de sus rivales de cara a la portería, a pesar de que no les faltaron ocasiones, los primeros 45 minutos del encuentro llegaron a su fin con el marcador en blanco.
Agridulce segunda parte
Nada cambió tras el descanso. El asedio de los madrileños continuó desde que volvieron a saltar al terreno de juego y acabó dando sus frutos. En el minuto 50, el primer gol del Leganés llegaba a balón parado desde los pies de Omeruo, sin que la zaga malaguista pusiera mucha resistencia.
Ni en ataque ni en defensa, los de José Alberto no eran capaces de encontrar su juego. Con un doble cambio, que daba entrada a Hicham y Roberto, lo intentó el técnico asturiano. Minutos después, sobre el césped se veía al Málaga más ofensivo de la tarde.
Cuando se estaba viendo la mejor versión de los malaguistas, que se estaban haciendo con todas las ocasiones de gol, Juan Muñoz, en una jugada de contraataque, marcaba el segundo de los visitantes y provocaba el silencio en La Rosaleda.
Hicham se marchó lesionado
Por si fuera poco el 0-2 del marcador, las malas noticias seguían llegando para el Málaga. Hicham, que hacía escasos minutos había entrado al campo, se marchaba lesionado y encendía las alarmas en una enfermería que no ha dejado de sumar nombres en las últimas semanas.
Con el pitido final, el club blanquiazul volvía a caer en casa y alimentaba la decepción de los aficionados, firmando la segunda derrota consecutiva en La Rosaleda.
