El final del verano está cada vez más cerca y eso quiere decir que tenemos que empezar a despedirnos de todo lo que eso supone, como es la playa, los paseos nocturnos por el paseo marítimo y los tranquilos días de piscina. Además de esto, hay hogares que se han equipado especialmente para los meses estivales y, en las ciudades de España sin playa, como Jerez de la Frontera, uno de los productos más demandados han sido las piscinas desmontables.
A tan solo unas semanas de que empiece oficialmente el otoño, ha llegado la hora de decirle adiós a los días de calor y comenzar a prepararnos para hacer frente a las bajadas de las temperaturas. Por esta razón, los hogares tienen que equiparse con productos para combatir el frío y esto pasa por guardar otros propios del verano, como son las piscinas desmontables. Para ello, desde el MIRA te decimos cuál es la mejor forma de guardarlas para que, al sacarlas en año que viene, no estén estropeadas.
¿Cómo guardar las piscinas desmontables?
Algo tan fácil, aparentemente, como es guardar adecuadamente tu piscina desmontable cuando acaba el verano, requiere tener ciertos conocimientos y seguir algunos pasos para no dañarla y poder volver a utilizarla con su máxima calidad dentro de un año.
Vaciar el agua
En primer lugar, lo que debemos hacer es vaciar todo el contenido de agua que hay en el interior de nuestra piscina. En este paso, lo más recomendable es reciclarla y pensar en darle un nuevo uso. De esta forma, estaremos contribuyendo a la conservación del medio ambiente.
Una idea puede ser utilizarla para limpiar el coche y, para ello, debemos dejar que pasen dos o tres semanas sin echarle ningún producto químico que pueda dañarlo.
Limpieza de la piscina
Después de haber vaciado todo el agua, lo siguiente que tienes que hacer es limpiar la piscina. Puedes utilizar algún tipo de detergente desincrustante que permita eliminar todas las impurezas que hayan podido quedar en ella, frotando sobre estas.
A continuación, tendrás que aclarar el detergente con agua y dejar que la piscina se seque completamente al sol.
Limpieza exterior y reparación
El tercer paso es, en el caso de que se haya producido algún pinchazo en tu piscina inflable, arreglarlo. Aquí podrás utilizar algún parche y colocarlo sobre la imperfección. Tras esto, puedes aprovechar y aplicar un tratamiento de masilla o resina a la parte exterior de la misma.
Desmonta las piezas
Una vez que hayas limpiado adecuadamente la totalidad de la piscina y la hayas reparado, es el momento de desmontar las piezas una por una e ir guardándolas por separado en un lugar fresco y seco, que tendrás que tener preparado para ello.
Guarda la piscina
El último paso es, por fin, guardar la piscina. Algo muy importante es recordar que conviene hacerlo en un lugar limpio y libre de humedades, donde no pueda dañarse. Para conservarla mejor, puedes optar por utilizar el embalaje en el que venía cuando la compraste.
Empieza por doblar la lona, con mucho cuidado de que no quede humedad en ella e intentando que los pliegues sean naturales, sin forzarla. Finalmente, envuélvela en los plásticos y guárdala en un lugar adecuado hasta el año que viene.
