Granada viene siendo escenario de una importante oleada de robos en los últimos tiempos, una sucesión de hurtos que, por fin, ha podido ser descubierta por las autoridades que han apresado a un joven marroquí como presunto responsable.
Según la información que ha trascendido a El MIRA, agentes de la Policía Nacional han detenido en el distrito Centro de Granada a un joven de 21 años y nacionalidad marroquí como presunto autor de tres robos con violencia e intimidación acaecidos entre los meses de julio y septiembre en los que se sustrajeron varias joyas de oro que después fueron vendidas.
Como consecuencia de las pesquisas se ha logrado identificar y detener al presunto autor de los hechos, así como localizar y devolver a la víctima de uno de estos robos las joyas que le fueron sustraídas. El arrestado ha sido enviado directamente a la cárcel.
Robos con violencia e intimidación en Granada
Todo arrancó durante el pasado mes de julio, momento en el que en dependencias policiales se recibió una denuncia por un robo con violencia e intimidación. La víctima, un varón de 20 años, denunció el haber sido asaltado por dos individuos, sobre la medianoche, en una glorieta del distrito Centro, donde le habían agarrado por el brazo.
Una vez escaparon los presuntos ladrones, el hombre comprobó que le habían sustraído una cadena de oro de eslabones trenzados junto con un anillo, también de oro, tipo sello por lo que decidió denunciar los hechos ante la Policía.
En el segundo robo, un hombre de 50 años denunció que su hijo, de 14, había sufrido el robo de una cadena y un colgante, ambos fabricados en oro. En esta ocasión, dos individuos se aproximaron a la víctima, la cual paseaba junto a una amiga, agarrando uno de ellos la cadena de oro que llevaba al cuello junto con el colgante. Luego le tiraron al suelo de un fuerte empujón.
Empujado contra la fachada de un local
En el tercero de ellos, un varón de 19 años denunció que mientras paseaba por una calle del centro de la ciudad, sobre las once de la noche, fue abordado de forma repentina por un individuo que le agarró por el cuello y lo empujó contra la fachada de un local con la excusa de haber tenido problemas con un amigo suyo, algo que, lógicamente, era mentira.
Finalmente tras conseguir zafarse del asaltante, este último se fue del lugar, primero andando y luego a la carrera, siendo en ese momento cuando la víctima se percató de la desaparición de la cadena que llevaba al cuello junto con una cruz. Su denuncia también resultó clave para esclarecer los hechos.
