Una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Granada ha rescatado a un perro del interior de una balsa de riego vacía en Pinos Puente a la que había caído y en la que se podría haber llevado varios días atrapado.
Por lo resbaladizo de las paredes, al animal le resultaba imposible salir por sus propios medios, de modo que uno de los agentes, con el apoyo de su compañero de patrulla, descendió al fondo de la balsa y pudo rescatar al animal que ya presentaba signos de debilidad y deshidratación, según ha informado la Guardia Civil en una nota de prensa.
Agente al rescate tras valorar la situación
El aviso se recibió el pasado 2 de abril en la central de emergencias de la Guardia Civil a través del teléfono 062. Los agentes que acudieron al rescate, tras valorar la situación, comprobaron que no había tiempo que perder, por lo que improvisaron un arnés con cuerda, y uno de ellos, usando el cabrestante del vehículo oficial, se introdujo en la balsa y descendió los aproximadamente cinco metros de pared de plástico PVC que separaban al animal de la libertad.
Aunque el perro presentaba signos de agotamiento, aún tenía fuerzas para oponerse a su captura, por lo que, según ha detallado la Benemérita, "fue necesario usar un dispositivo de lazo para sacar del fondo de la balsa al can sin daño alguno".
Lector de microchip y traslado a la perrera
Los agentes del Seprona, tras darle agua al animal y ver que no presentaba ninguna herida de gravedad, le pasaron el lector de microchip y comprobaron que no lo llevaba insertado, por lo que fue trasladado hasta la localidad de Pinos Puente, donde finalmente fue entregado a una asociación local de protección animal.
Otros sucesos en Granada
En otro de orden de cosas y en el apartado de sucesos también, La Guardia Civil ha detenido a un joven de 20 años por su presunta implicación en la autoría de tres robos con violencia e intimidación perpetrados el pasado 7 de marzo en las pedanías de Ambroz, Belicena e Híjar (Granada), donde abordaron a repartidores de comida a domicilio y amenazándoles con un cuchillo y un bate de béisbol les exigieron el dinero que habían recaudado.
