martes. 16.04.2024

La familia de la segunda víctima en Huelva denuncia las disfunciones de los test

La hija de Ángeles Álvarez asegura que aún están esperando una llamada para establecer el protocolo que deben seguir

La familia de la segunda fallecida por coronavirus en Huelva ha criticado este miércoles "el mal funcionamiento del protocolo" en Andalucía con respecto a los test reactivos para los familiares de enfermos por Covid-19.

Ángeles Álvarez, de 67 años, fue ingresada el sábado 21 de marzo en el hospital Juan Ramón Jiménez y falleció el lunes 23 a las 17,00 horas. Desde entonces, su familia está esperando información sobre las pruebas, algo que "no llega".

Así, según ha informado su hija a Europa Press, tras ser ingresada su madre el sábado al mostrar síntomas de la enfermedad, el domingo la llamaron para informarle de que había dado positivo en la prueba del Covid-19 y de que "estaba muy mal, tenía una neumonía bilateral muy grave con un infiltrado pulmonar".

En esa misma llamada le explicaron que la llamarían para establecer un protocolo y conocer las personas con las que había tenido contacto, algo que señala que "aún estamos esperando".

En este sentido, la hija de la fallecida ha indicado que han llamado a varios teléfonos de atención por el coronavirus que la Junta ha dispuesto "y nadie sabe nada", por lo que considera que "no tienen ni idea de protocolo" y que el trabajo que se está haciendo desde la administración a este respecto es "un desastre".

Así, ha reseñado que lo que quiere es que le hagan la prueba a su padre, que tiene 73 años y una enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC), y que convivía con su madre y también a ella, que estuvo en contacto con su madre el mismo día del ingreso en el hospital.

La hija de la fallecida asegura no entender que su padre y ella "puedan ser un posible positivo" y asegura que las pruebas rápidas en Huelva "son mentira".

Además, ha lamentado la situación que le ha tocado vivir con respecto a la muerte de su madre, ya que la incineraron en el tanatorio de Gibraleón el martes 24 de marzo a las 9,00 horas y tuvieron que quedarse en la puerta del tanatorio ya que "no podíamos entrar y cada uno en una esquina apartados en la carretera".

Además ha apuntado que, a pesar de que eran cuatro personas, "dijeron que solo podían estar tres, con lo cual uno de mis hermanos se tuvo que ir". Una situación que ha calificado de "irreal".

Ha explicado que, en su familia, "nadie pensaba que fuera coronavirus ya que no tenía fiebre, lo que tenía era el azúcar muy alta, la tensión muy baja y estaba fatigada" por lo que llamaron a la ambulancia que "tardó una hora en llegar".

La hija de la fallecida ha reseñado que su madre "tenía problemas previos de salud" pero que "se encontraba bien y comía".

Por todo esto, se ha preguntado si tienen que esperar "a tener síntomas" para que les hagan la prueba, a la par que ha indicado que "es una situación muy dura y no puede ser que nos tengan así".

"Alguien nos tiene que llamar para informar porque no hay un control", ha dicho, antes de puntualizar que "así está pasando lo que está pasando" porque "nadie sabe lo que tiene que hacer" y "así nadie puede ayudarte" lo que considera "indignante".

Por último, ha mostrado su admiración por el personal sanitario que "es el único que pudo atender a mi madre, ya que nosotros no pudimos ni despedirnos" y asevera que "es una pena lo que le está pasando a los familiares con pacientes de coronavirus y a los que han tenido contacto con enfermos que tendrán las mismas dudas".

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