Y parecía que no iba a llegar pero llegó. La Virgen del Rocío ha vuelto a las calles tras la pandemia. Y lo ha hecho para regocijo de su multitud de devotos en una procesión gloriosa, antesala de todo lo bueno que está por venir en breve.
De esta manera, la Virgen del Rocío recorría este domingo las calles de su pueblo, Almonte (Huelva), en una procesión extraordinaria que se ha llevado a cabo con normalidad y sin registrar actuaciones destacables, solo incidencias leves propias de un evento de estas características.
En este sentido, las puertas de la parroquia de la Asunción se abrían a las 7.26 horas de la mañana y comenzaba así la procesión extraordinaria, una de las tradiciones almonteñas que se repite cada siete años pero que, como consecuencia de la pandemia, se ha tenido que esperar casi tres años más.
Llegada de la Virgen del Rocío a la plaza de España
En torno a las 14.00 horas, la imagen llegaba a la Plaza de España por uno de los arcos de flores de papel blancas que llenan el municipio. Dentro de su recorrido, la Virgen realizaba su entrada y paso magistral por el Ayuntamiento de Almonte, donde estaba prevista una petalada dedicada a ella.
Multitud de personas han acompañado en esta jornada a la Virgen del Rocío, en un desfile en el que la Junta de Andalucía ha mantenido activo desde las 07.15 horas el Plan Territorial de Emergencias de Andalucía (PTEAnd) en el que trabajan, de forma coordinada, efectivos de las tres administraciones para conciliar la celebración con la seguridad.
Es por ello que se ha desplegado un Puesto de Mando Avanzado (PMA) y puestos asistenciales en Almonte para garantizar la plena seguridad del cortejo. En él, han trabajado efectivos del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) y 112. También prestan apoyo una treintena de voluntarios de Protección Civil y profesionales del Centro de Emergencias Sanitarias (CES 061), según la información que ha trascendido.
Como ocurre siempre no hubo una hora prefijada para el inicio de esta procesión extraordinaria y algo similar ocurre con un regreso gozoso y multitudinario para culminar una jornada cargada de devoción pero larga en emociones.
