sábado. 20.04.2024

Fallece Francisco García de Villegas, ‘el cura de los Descalzos’

Las exequias tendrán lugar este jueves 12 a las 11.00 horas

Parece que fue ayer cuando, a primeros del mes de diciembre del año 2012, todo Jerez -alcaldesa y obispo incluidos- rendía el merecido homenaje a su intensa labor espiritual, social y caritativa de cincuenta años como párroco de los Descalzos. Entonces don Francisco García de Villegas vio con sus propios ojos una placa en su honor que se descubría en la misma fachada lateral de la iglesia de la calle Medina coincidiendo además con el L Aniversario de la creación de la Parroquia (1962-2012). Bien entrada la noche de este pasado 10 de abril saltaba al conocimiento de la ciudad la luctuosa noticia de su fallecimiento.

García de Villegas, que actualmente se distinguía como párroco emérito, era muy querido entre los parroquianos, los vecinos, sus muchísimos amigos y, por supuesto, los cofrades de la Hermandad de la Amargura y también los de las Angustias. Párroco a la antigua usanza en el sentido más proactivo y exclusivo de esta dedicación que abrazó por entero. Su muerte ha afectado de manera acusada también a los miembros de Cáritas Parroquial, del grupo de mujeres de Acción Católica, Legión de María y Juventud... Como no podía ser de otro modo, la capilla ardiente se instalará en la iglesia a la que dedicó cincuenta años de vida pastoral, celebrándose las exequias este jueves 12 a las 11.00 horas.

Monseñor don Francisco García de Villegas y Alcázar, popularmente conocido como El cura de los Descalzos, nació el 27 de diciembre –víspera de los Santos Inocentes- de 1926 en el nº 18 de la calle Arcos, realizando los estudios primarios en el colegio del Buen Pastor, desde donde, siendo un niño (once años) marchó a Sevilla para ingresar en el seminario del Palacio de San Telmo, ordenándose sacerdote a los veintitrés años. Cantó misa en la parroquia de San Pedro, el día del Corpus del año 1.950. Y con casulla blanca, debido a la festividad del día. “Recuerdo que tenía 23 años, por dispensa de Roma, ya que no se podía cantar misa antes de los 24 años”.

Fue destinado a Torre Alháquime, aldea cercana al serrano pueblo de Olvera, lugar donde durante cuatro años se hizo cargo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Antigua. Estando en Olvera fue reclamado por el Cardenal Segura para hacerlo coadjutor en la Parroquia de San Bernardo de Sevilla. Durante su estancia en la capital hispalense estudió e hizo las oposiciones para ganar una Parroquia en Jerez, lo que se le concedió al erigir la del antiguo convento de Los Descalzos en la calle de Medina. Al llegar a Jerez, y comprobar el lamentable estado en que se encontraba la iglesia de los Descalzos, no solamente llevó a cabo las labores de párroco, haciéndose con una gran feligresía, sino que se entregó sin condiciones a la restauración del templo, arreglando las cubiertas, toda vez que los técnicos habían diagnosticado peligro de derrumbe.

Titular tanto de la parroquia de San Juan Bautista de los Descalzos, como de la cercana Iglesia de las Angustias, ha desempeñado también otros cargos en el obispado, como el de notario y el de miembro del Tribunal de la Rota. Su entrega a la gente y afabilidad de carácter le ha hecho participar en la organización de múltiples encuentros, viajes y peregrinaciones a Tierra Santa, a Roma, a Fátima, a Lourdes; acompañando a creyentes que necesitaban la confirmación de su fe, o ayudando a enfermos cuyo auxilio era imprescindible para poder llevar a cabo dicha peregrinación.

En el terreno de la generosidad siempre fue una persona realmente desprendida, cuya desbordada humanidad le hizo volcarse con todos aquellos que estuvieron verdaderamente necesitados, entregándose y ayudándolos a recobrar el camino, o a encontrar una solución a sus problemas. La ciudad llora su pérdida. Una persona que ha dejado profunda huella. El cura de los Descalzos ya se encuentra junto a su Virgen de la Amargura.

Fallece Francisco García de Villegas, ‘el cura de los Descalzos’