viernes. 29.03.2024

Kylie Jenner es la reina del glamour. Sabe combinar sus bondades a la perfección. Arrasa allá en la red social que pisa. Entra prácticamente a diario por la puerta grande de Instagram. Se mueve como pez en el agua en la generación y regeneración y en la movilidad de tráfico en Internet.

No compite con nadie sino con ella misma. No es que juegue a ser adversaria de sí, pero tampoco cómplice. No puede ni debe permitirse ningún tipo de relajamiento en esta batalla que vence un día sí y otro también. La sana batalla del pódium de las audiencias. La batalla en la pista olímpica de la gimnasia mediática, la que se mide por el barómetro del número de seguidores.

Libertad del yo

La modelo ofrece verdad. La suya. No anhela contentar a todos. No cultiva el estilo oportunista de un ‘bienqueda’. Todo lo contrario. Lo primero que pretende, que siempre ha pretendido, es no defraudar a su propia honestidad. Ese sentido de la franqueza, de la libertad del yo, es el que siempre se le ha notado -de lejos y de cerca- a Kylie Jenner.

Y por esta razón es por la que avanza triunfante en las redes sociales. Porque además tiene un gusto exquisito y muy singular para todo cuanto tenga que ver con la moda. Ella crea tendencia. Ella es tendencia. Y aquello que expone, tanto en ropa como en complementos, encandila a sus millones de seguidores. Como maniquí de carne y hueso no tiene precio.

La tendencia se impone con Kylie Jenner

Ella propone y la tendencia se impone. Ahora ha salido al paso alegre de una propuesta que ya es el delirio de propios y extraños. Aún el invierno no ha concluido y la primera está, como quien dice, a la vuelta de la esquina. Y los accesorios color menta -o en tonos menta- han llegado para quedarse de la mano de la benjamina del clan Kardashian.

Llega Kylie con su estilo glam. Alegrando la fiesta cromática que la enfoca.  ¿Es California un edén de eterna primavera? La empresaria apuesta en afirmativo. Y de tal guisa -verde que te quiero verde- pone pies en tierra y palmito a la admiración del respetable público. Instagram se encarga del resto.

Kylie lo combinó con unas sandalias de tacón también en menta y con efecto vinilo, a más de lentes blancos de Bottega Veneta, y aretes de Balenciaga. Variar de tonalidades entraña sus beneficios implícitos, amén el giro de modernidad que todo lo viste y reviste. El vestido está hecho de poliéster. Eso sí, da la sensación de seda. La moda es lo que tiene: que intercala apariencia y realidad. He ahí su magia indomable.

El outfit de Kylie triunfó desde el minuto cero. Y más aún si cabe al posar con bolso verde menta. Un elemento bien femenino, en dimensiones caja de leche, que sumó frescura al modelito que otra vez recibió el aplauso de los fans de la socialité.

Cabe decir que su precio es de más de 105 mil pesos, y también está disponible en otros colores como rosa o azul. La menor del clan Kardashian-Jenner ha innovado. Para demostrar que agregar accesorios en tono menta no es mala opción. Menos aún en un panorama tan apático y repetitivo a veces. Panorama que rompe para bien -siempre lo hace- Kylie y su capacidad de creación y recreación.

El lado más verde de Kylie Jenner