jueves. 28.03.2024

Una vida muy sorpresiva y muy sorprendente la de Billie Eilish. Con fuegos artificiales lanzados al estrellato por una personalidad noble, por una personalidad sencilla, por una personalidad nada caótica sino todo lo contrario. Con un orden que parece sobrevenido de los índices de una maduración precoz.

A sus 19 años está californiana suma un registro de éxitos sin parangón a tenor de su edad. Nada comparable con otro caso semejante. Con una velocidad de espanto en la suma de iluminaciones sobre las tablas, sobre los escenarios de este mundo a veces tan pintoresco.

Ha dado que hablar

El documental sobre su vida ha dado jarilla. Ha dado que hablar. Lo está haciendo en las lenguas más expertas. Mejor especializadas. Porque ha logrado de sopetón su fin principal: despertar la curiosidad de propios y extraños. De sirios y troyanos, de piratas y bucaneros. De hijas y madres. De los fans.

De los fans que se cuenta por millones. Toda una comunidad de creyentes que poseen los mandamientos de la ley musical de esta joven californianana que es pura transparencia. He ahí a una artista como la copa de un pino. Ella, sin embargo, ha tenido que lidiar con los contratiempos.

Agria contrapartida

No todo ha sido un patinaje de color de rosa. No todo ha resultado fácil en la meteórica carrera se está chica que ya ha probado las mieles del pódium. También hubo acritud externa, también hubo contrapartida agria. También arreció la sombra del revés. La concatenación de situaciones adversas.

Y en este sentido aparece su ídolo de la pubertad. Cuando Billie tenía 12 años estaba enamorada hasta las trancas de Justin Bieber. Mirado al trasluz del tiempo, pasado por el tamiz de los años, parece una anécdota incluso simpática. Justin Bieber era su gran ídolo. Su fijación. Su obsesión. Su guía. Su referente.

Un vídeo en el teléfono

Así las cosas, se puede apreciar cómo Billie guardaba en su teléfono móvil un vídeo en el que habla a las claras sobre lo mucho que adora a Justin Bieber. "He visto tantas cosas de Justin Bieber. Estaba llorando tan fuerte porque me había preocupado que cuando tuviera novio no querría estar con él porque en realidad amo más a Justin Bieber. Y no puedo con eso", aclaraba Eilish.

Tras ver el vídeo, Billie Eilish se reía de sí misma (es un gesto muy sano) y es que, incluso para ella absolutamente fascinante que ahora Justin no solo sea su amigo, sino también su fan. Las cosas de la vida. La diferencia entre la casualidad y la causalidad.

Sin pensárselo dos veces

Tan es así que días antes de que el primer álbum de Billie Eilish, When We Fall Asleep, Where Do We Go? saliera a la luz, el canadiense, sin pensárselo dos veces, se puso directamente en contacto con el equipo de Billie para decirle nada más y nada menos que le encantaría aparecer en el disco.

Aunque ya era tarde, sin embargo, la intérprete de Everything I wanted hizo todo lo posible y parte de lo imposible, todo lo ha habido y por haber, todo cuanto estaba en su mano y en la de los demás para que el cantante apareciera en el álbum, y así fue como Justin se encargó de los coros en el remix de Bad Guy.

https://www.youtube.com/watch?v=DyDfgMOUjCI&ab_channel=BillieEilishVEVO

"No me siento cómoda diciéndole que no", adujo la cantante. Y es que era tal la veneración de Billie Eilish hacia Justin Bieber que no pensó que ella fuera capaz de gestionar mentalmente el hecho de trabajar con él. "No, no, no. No quiero trabajar con él", se repetía al darse cuenta de que su amor platónico podría convertirse en compañero de trabajo. Toda una sublime paradoja.

El porqué Billie Eilish no quiere trabajar con Justin Bieber