
Ser referencia para toda una generación imprime carácter. Es un papel que desempeñan sólo unos pocos privilegiados del arte. Nadie elige esta misión. Como tampoco lo ha hecho Billie Eilish. Esta función la concede el público, el respetable público, el público que todo lo puede.
Billie Eilish es un hecho diferencial. Billie Eilish no juega a ser protagonista. Lo suyo es una cuestión de identidad. De encontrarse en la búsqueda musical. De tomarse la vida según los índices de la honestidad. El artista no debe adoptar una pose impostada.
Nunca quedarse en la técnica: Mandamiento de Billie Eilish
El artista no debe quedarse en la técnica, que es como circunscribirse al cristal frágil de la luz que desprende la bombilla. Con 19 años, Billie Eilish es, a no dudarlo, el icono más internacional de la generación Z.
Billie Eilish
¿Qué es la generación Z? ¿A quiénes engloba? ¿A quiénes enmarca? ¿A quiénes define? Pues a aquellos que han nacido en plena era digital, podría decirse que son nativos de las redes sociales y conocedores de crisis económicas (2001, 2008, 213 2020).
Son los nacidos bajo el dictamen del Word y el dispositivo inteligente. Los sociólogos definen a este grupo como autodidactas, como creativos, están hechos de una pasta especial. Son niños que nacen con sangre informatizada. Con un teclado espacial en el organigrama de sus dedos.
Comprometerse con la sociedad
Son jóvenes con gran capacidad para gestionar la información, comprometidos con la sociedad, dispuestos a defender un discurso de civismo colectivo y más tolerantes que sus predecesores.
Sin embargo, y como contrapartida, podemos constatar que son seres más individualistas. Que todos tienen una visión menos ficcional de la vida porque su sentido de la realidad es absoluto. Son, sí, realistas de cuerpo entero. Realistas hasta las últimas consecuencias.
También se definen los integrantes de la generación Z por sus tendencias a romper convenciones. Lo establecido con anterioridad no siempre ha de ser lo correcto. No admiten los argumentos porque sí. La fundamentación es para ellos un valor en alza.
Si nos detenemos en todas estas características, nos percataremos a las claras que coinciden con la forma de ser de Billie Eilish. Quien desnuda su personalidad en el documental que tanto está dando que hablar desde que se estrenara a bombo y platillo el pasado día 26 de febrero.
Billie Eilish, honesta con los sentimientos
Billie Eilish se muestra tan incómoda ante los protocolos y honesta para con sus sentimientos. Aquí no parte peras. Aquí no se casa con nadie. Aquí no quiere dar su brazo a torcer porque además no debe hacerlo. Las convicciones hay que defenderlas hasta el final.
«Ella es tal como parece, tan solo ha dejado fuera de su control este documental, me dio libertad plena», explica Cutler, el director de la película .
La vocalista ha comentado hace unos días que tardó más de cinco horas en ver la cinta porque tenía que pararla al sentirse ella misma como alguien «insoportable».
Billie Eilish es una persona que se exige. No usa ni abusa del botafumeiro. No es megalómana. No juega al frontón al egocentrismo. Sino a la dureza e incluso a la rudeza del análisis propio. ¿Del sicoanálisis? Tampoco podemos llegar a tanto.
«Suena mal y yo sueno horrible, no puedo ser buena porque no lo soy», dice en un momento dado a su hermano Finneas. «Muchas personas estarían de acuerdo conmigo en que eres muy buena», responde él, también productor y pareja creativa.