Ella bien lo sabe pero para muchos de sus fans ha pasado desapercibido. Ella bien lo sabe pero para innúmeros cinéfilos también está siendo un dato punto menos que invisible. Una efeméride en la que prácticamente nadie ha caído. Pero sí Isabel Pantoja. Por todo lo que acarreó a su propia carrera artística y por el exitazo que supuso y no sólo a nivel nacional.
Corría el año 1991. De esta fecha ha llovido ya la friolera de 30 años. Si 20 años no son nada, 30 por el contrario sí comporta la envergadura de media vida. Todo un trecho de camino, de verdad, de lucha, de desgastes, de éxitos, de fracasos a medias, de contradicciones, de superaciones, de sobresfuerzos, de estímulos y de emociones al por mayor.
Isabel Pantoja volaba alto
Corría, sí, el año 1991. E Isabel Pantoja volaba alto. Como un vencejo en tiempo propicio. Como una gaviota a ras de su belleza estética. Como una golondrina en surcos de esperanza. Volaba alto Isabel. Llenaba escenarios. Contaba con el favor de su público. La prensa rosa la respetaba. Eran otros tiempos. Era otra cosecha. Era otra mentalidad. Era otro concepto. Era otro siglo. Era, por descontado, otra España.
Era la España del atentado de ETA que sufrieron Irene Villa y su madre, María Jesús González. La España del año de casi 7.000 muertos en las carreteras españolas. La España de aquel estancamiento del ladrillo. La España de un jovencísimo valor en alza llamado Alejandro Sanz, quien además sacaba su primer disco ‘Viviendo deprisa’. La España conmocionada por la muerte de Freddie Mercury.
La Guerra del Golfo
O la España impactada por la muerte de la mujer transexual Sonia Rescalvo a mano de un grupo de skins en Barcelona. O la España implicada en la Guerra del Golfo y el muchísimo miedo que tal circunstancia trajo a los ciudadanos de a pie. La España en la que el equipo nuestro de gimnasia rítmica consiguió por primera vez en su historia una Medalla de Oro en un Mundial, concretamente el de Atenas.
Era la España del predominio de los adolescentes miraban con recelo el temor de la guerra. En las portadas de los periódicos de tirada nacional se leían titulares como el siguiente: Bush: “La guerra será larga porque Sadam tiene una potente máquina militar”. Por las noches, en casa de los españoles, cuando se oía planear una avioneta, el alma se ponía en vilo. Se pasó miedo. Buena parte de los jóvenes de hoy desconocen este hecho.
Segunda película
Pero 1991 a su vez fue un buen año para Isabel Pantoja. Porque estrenaba su segunda película en la gran pantalla. Hacía doblete. Y de seguido además. Un año antes había cosechado un éxito descomunal con ‘Yo soy ésa’. Y ahora de nuevo estrenaba título: ‘El día que nací yo’. No cupo título más tradicionalmente coplero. Más musical. Con sonoridad de otros tiempos. Con categoría de la canción española de siempre.
‘El día que nací yo’ es una película dirigida por el gran Pedro Olea. Contaba en el elenco actoral con Isabel Pantoja como protagonista estrella. Un dato no del todo conocido es que los productores fueron Víctor Manuel y Ana Belén. Jaime de Armiñán fue el autor del guión y Robert Schumann de la música. Hablamos de profesionales todos de auténtica valía.
Acompañaban en el reparto a Isabel Pantoja actores como Joaquim Almeida, Miguel Rellán, Amparo Rivelles, Germán Cobos y Arturo Fernández. La película toma el título del legendario tema original de la comedia musical de 1936 ‘Morena Clara’. El argumento narra la historia del profesor Miguel Asenjo Bernal (Arturo Fernández) y el cura Pelayo (Joaquim de Almeida) quienes se enamoran de Juana Medina, una joven gitana que interpreta Isabel Pantoja.
