Alana Severs, una mujer de 36 años, pasó años sintiéndose avergonzada por una extraña línea que le había salido en su uña. Para taparla, se pintaba las uñas semanalmente, pero después de leer un artículo en Internet su vida cambió radicalmente.
Alana acudió al día siguiente a su médico de cabecera y confirmó el diagnóstico: tenía melanoma, un tipo de cáncer de piel. Afortunadamente, gracias a su observación, los cirujanos del Hospital Queen Alexandra, en Portsmouth, Inglaterra, pudieron operarla para extraer toda la uña en la que había más de 5 mm de tejido canceroso.
Los sanitarios aseguraron que gracias a la observación de la mujer pudieron detectar a tiempo el cáncer y fue tratado antes de que se extendiera a más. A pesar de que Alana se ha quedado sin uña, no puede estar más agradecida de haberse detectado el cáncer antes de que se propagara y fuese una situación más complicada, como recoge Metro.
Injerto de piel
Además de perder la uña, la mujer también necesitó un injerto de piel del brazo para cubrir la herida abierta de su uña. Reflexionando sobre su situación, Alana no puede creerse que se diese cuenta de que algo iba mal solo con leer un texto en Internet: "Pensar que mi vida cambió con solo leer un artículo", comenta, "podría haber pasado otros tres años sin pensar en eso, y podría haberse extendido y volverse mortal", narra aliviada.
Investigadores del centro City of Hope ha identificado cómo las células cancerosas en pacientes con cáncer de mama en etapa inicial cambian y se vuelven resistentes a las terapias hormonales o de combinación.
Aproximadamente el 80 por ciento de los casos de cáncer de mama son receptores de hormonas positivos, lo que significa que estas células cancerosas necesitan estrógeno o progesterona para crecer, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
