jueves. 28.03.2024

Cada vez son más las empresas que buscan alternativas al combustible diésel o gasolina, debido a que la Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica que la demanda mundial de energía aumentará entre un 25% y un 30% para 2040. Esta situación agravaría más aún el cambio climático en el que nos vemos sumergidos.

Ante ello, han establecido una en la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo que tiene como objetivo que en 2050 se hayan reducido en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a 1990. En esta estrategia juega un papel muy importante el hidrógeno que da lugar a un sustituto del combustible, el hidrógeno verde.

El hidrógeno se encuentra en el primer grupo de la tabla periódica, y también es el primer elemento de la tabla periódica, lo que lo convierte en el elemento más ligero del universo. De hecho, es el elemento más abundante, constituye casi las tres cuartas partes de la masa del universo. Se encuentra en el agua, que cubre el 70% de la superficie terrestre, y en toda la materia orgánica. Además, es el elemento más simple del universo, ya que está compuesto por un protón y un electrón.

Como dato curioso, este elemento es 14 veces más ligero que el aire. Un «chorro» de hidrógeno gaseoso se difunde inmediatamente en el aire, sin contaminar el suelo o las aguas subterráneas. Asimismo, mirando otros aspectos es incoloro, inodoro e inofensivo; no produce lluvia ácida; no degrada el ozono; y, no produce emisiones nocivas.

¿Cómo se obtiene el hidrógeno verde?

El hidrógeno verde se produce utilizando energía renovable y electrólisis para dividir el agua. Este tipo es diferente al hidrógeno negro, que se produce a partir del metano y libera gases de efecto invernadero a la atmósfera; y también distinto al hidrógeno azul, que captura estas emisiones y las almacena bajo tierra.

Esta tecnología se basa en la generación de hidrógeno a través de un proceso químico llamado electrólisis, un método que usa una corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno en el agua. Si esta electricidad se obtiene de fuentes renovables, la energía se produce sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera.

Según la IEA, este método de producción de hidrógeno verde ahorraría 830 millones de toneladas de CO2 que se liberan anualmente en la producción de este gas, que se crea a partir de combustibles fósiles.

Entre otras cosas, el hidrógeno verde no emite gases nocivos cuando se quema o se produce. Es de fácil almacenamiento, lo que permite su posterior uso para otros fines y momentos distintos a la fabricación, pudiendo convertirse en electricidad o gas sintético y utilizarse con fines domésticos, comerciales, industriales o de movilidad.

Coste de Producción

Sin embargo, generar energía a partir de fuentes renovables, que son fundamentales para producir hidrógeno verde por electrólisis, es muy costoso. Por lo tanto, este hecho encarece la producción de esta alternativa al combustible. Además, es un elemento altamente volátil e inflamable, por lo que se necesitan amplias medidas de seguridad.

Uno de los problemas de esta tecnología es su elevado coste de producción. Pero si el coste de este cae un 50% para 2030, como predijo el Consejo Mundial del Hidrógeno, se convertirá en el combustible del futuro.

Investigación

Según una investigación llevada a cabo por la Universidad de Stanford y la Universidad Técnica de Munich, la producción de hidrógeno podría ser rentable si se utilizara todo el exceso de energía renovable que no se consume y por lo tanto no se puede almacenar.

Según el estudio, la clave está en que el rendimiento de las energías renovables es intermitente, por lo que el suministro de electricidad de estas fuentes también es variable. «A veces es insuficiente para satisfacer la demanda, mientras que en ocasiones se produce demasiada y se pierde, o bien se deja de producir, ya que no se puede almacenar en el momento», explican en el estudio.

Este problema se debe al propio funcionamiento del sector eléctrico, según Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno, que solo produce la electricidad que se pretende consumir, lo que genera un derroche de energía que se de producir por si no se utiliza.

Hidrógeno verde, el nuevo sustituto al combustible