En España hay entre 400.000 y 600.000 que a día de hoy viven con Covid-19 persistente, según han informado las autoridades sanitarias. Entre ellos, muchos son niños y niñas que debido al padecimiento crónico no pueden hacer una vida normal, ni ir al colegio todos los días, perdiéndose parte de su formación básica.
En concreto, son cuatro de cada diez niños con Covid-19 persistente los que no pueden ir a sus respectivos centros educativos cada día. Esto se debe a los síntomas tan variables como incapacitantes que padecen aquellas personas con dicha patología. Los más comunes son el cansancio, los dolores, la niebla mental, la cefalea y los problemas psicológicos.
Asimismo, para algunos pacientes la sintomatología puede durar hasta más de 15 meses. Un ejemplo es el caso de Álvaro Rial, quien con tan sólo 30 años ha sido diagnosticado con Covid-19 desde hace un año u tres meses.
Su vida ha cambiado por completo desde entonces, Álvaro ha sufrido más de 60 síntomas diferentes. Ha tenido "hormigueo en las extremidades y bultos en las piernas", entre muchos otros. Además, sólo al andar unos pasos a un ritmo normal, siente una fatiga extrema y el corazón se le acelera hasta alcanzar las 137 pulsaciones por minuto.
El Covid-19 persistente también ha modificado la vida de Elisabeth Samper. La misma que ha explicado que tanto ella como sus tres hijos sufren dicha patología desde febrero de 2020: "Enfermamos en febrero de 2020 y desde entonces lo sufrimos".
Por su parte, aún existe esperanza para aquellos que viven su día a día con la sintomatología crónica del Covid-19. Así, los expertos han declarado que la vacuna contra el Covid-19 puede favorecer al apaciguamiento de los síntomas en algunos pacientes.
Sin embargo, el porcentaje no es muy algo todavía. Ha sido el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Lorenzo Armenteros, quien ha afirmado que "un 10% de ellos logra una reducción sintomática importante".
