Desde que se comenzara a emitir la docu serie de Rocío Carrasco, hija de Rocío Jurado, 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', Rocío Flores se ha caracterizado por mantener un perfil discreto y sosegado, a pesar de que no está de acuerdo con los detalles de su vida privada y de la convivencia con su madre, que han salido a la luz y se han hecho públicos.
Pero siempre hay una gota que colma el vaso y esa ha llegado. Rocío no ha podido más con la presión mediática y ha estallado rompiendo el silecio y las buenas formas que hasta ahora había mantenido con los reporteros de calle.
Visiblemente nerviosa y molesta pudimos ver a la nieta de Rocío Jurado saliendo de la tienda de Olga Moreno, de la que se está encargando mientras esta participa en el reality 'Supervivientes'. Al preguntarle sobre la veracidad de la existencia de los carteles que tachaban a su padre, Antonio David Flores, de 'maltratador', Rocío perdió la candidez que hasta ahora había mostrado.
"La deuncia está puesta ¿No? Es que no tengo más que decir", espetó con un notable enfado. Estado que se ha acrecentado aun más con el llamamiento que ha hecho la jueza a su hermano, David, a declarar por el impago de la manuntención por parte de su madre.
Rocío también se mostró muy asombrada, y con el mismo grado de molestia, al conocer las informaciones que señalan un cambio de domicilio de la familia Flores a una urbanización privada para evitar el asedio de la prensa. "¿Ah sí? pues ya sabes tu más que yo. Me estoy enterando", dijo con un tono ciertamente chulesco que destilaba bordería y evidenciaba el fuerte carácter que, cuando a la hora de defender a los suyos se trata, tiene la contertulia.
