jueves. 28.03.2024
Síndrome cara descubierta
Síndrome cara descubierta

Aplaudida por muchos y criticada por otros, la no obligatoriedad del uso de mascarillas en espacios al aire libre. Una medida que entra en vigor de este sábado 26 de junio, siempre y cuando se respete la distancia social de un metro y medio.

Pero mostrar el rostro tal y como se venía haciendo con normalidad hace dos años atrás, está generando un cierto malestar denominado el síndrome de la cara descubierta. Lo que es lo mismo, miedo a perder el anonimato que nos proporciona la mascarilla.

"Los seres humanos somos seres de costumbres"

Aunque es un nombre coloquial y no figura en los manuales de psicología, es un término bastante gráfico para referirse al "malestar que surge por mostrarnos en público con la cara descubierta y el temor al contagio", señala Rosa del Rincón, psicóloga del centro Álava Reyes.

Este 'síndrome' puede provocar sentimientos de estrés, ansiedad y nerviosismo. "A las personas con baja autoestima les puede generar sensación de inseguridad, sudoración, taquicardias, se pueden poner más rojos, sensaciones que con la mascarilla no tenemos", cuenta del Rincón.

"Los seres humanos somos seres de costumbres. Nos pasa cuando llevamos pulseras durante mucho tiempo, nos las quitamos y sentimos que nos falta algo. Cuando pasamos del invierno al verano y cambiamos los zapatos cerrados por las sandalias. Ahí también nos sentimos desprotegidos". 

El 'síndrome' puede provocar sentimientos de estrés, ansiedad y nerviosismo

Jose Ramón Ubieto, psicoanalista y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya afirma que cada individuo experimentará esta nueva normalidad de una forma diferente: "Como ha ocurrido durante toda la pandemia, cada vez que se ha producido un cambio en las medidas nos encontramos con experiencias y vivencias muy diversas". "Afecta a unas personas más que a otras en función de su seguridad y su autoestima y el miedo que le tengan a la enfermedad". Encontrándonos tres respuestas distintas.

"Los que se la quitarán rápidamente; los que lo harán progresivamente y teniendo en cuenta la normativa; y un tercer grupo minoritario de personas que seguirán usando la mascarilla porque no tienen suficiente confianza", señala el psicoanalista

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